
Alimentación
10 recetas fáciles para que los niños quisquillosos coman mejor
Con estas recetas, la mesa se convierte en un escenario donde los sabores se disfrazan de juegos y la nutrición se mezcla con la imaginación

A la hora de la comida, muchas familias se enfrentan a una auténtica batalla campal. Verduras rechazadas, caras largas frente a la sopa y negociaciones interminables con cucharadas a medio camino. Sin embargo, la cocina también puede convertirse en un terreno de juego, donde el ingenio y la creatividad transforman la hora de comer en una experiencia divertida y, sobre todo, nutritiva.
Hoy traemos 10 recetas fáciles y sabrosas que, con un poco de imaginación, logran lo imposible: que los niños más quisquillosos disfruten de cada bocado.
Nuggets de pollo caseros al horno
Dorados, crujientes y sin frituras.Cómo se preparan: se tritura la pechuga de pollo con un toque de queso y pan rallado, se forman pequeñas piezas y se hornean hasta que la cocina se inunda con ese aroma irresistible que anuncia la hora feliz.
Mini pizzas con pan de pita
Una fiesta en miniatura. Elaboración: sobre pan de pita se esparce una fina capa de tomate casero, se añade queso fundente y se decoran con verduras en formas divertidas: estrellas de pimiento, lunas de calabacín. Cinco minutos de horno y la magia está servida.
Espaguetis con albóndigas diminutas
El clásico italiano en versión infantil. Preparación: se moldean pequeñas albóndigas de pollo, que se dejan abrazar por una salsa de tomate suave y aromática. Se sirven sobre espaguetis finos, que los pequeños convierten en juego con cada tenedor.
Hamburguesitas de lentejas
Pequeñas pero poderosas. Cómo se hacen: lentejas cocidas, un huevo, pan rallado y especias delicadas. Se forman discos pequeños, casi del tamaño de un juguete, que se doran en sartén. Resultan irresistibles incluso para quienes suelen dar la espalda a las legumbres.
Tortilla de patatas y calabacín
Un clásico español con un giro saludable. Elaboración: la papa cocida en cubitos se mezcla con calabacín rallado y huevo batido. En la sartén, la mezcla se cuaja lentamente hasta convertirse en una tortilla tierna que se puede cortar en dados para comer con las manos.
Palitos de pescado al horno
Crujientes, ligeros y marineros. Cómo se preparan: filetes de pescado blanco en tiras, un baño de huevo y pan rallado, y al horno hasta que crujan. Acompañados de una salsa suave de yogur, se convierten en un bocado fresco y nutritivo.
Croquetas de brócoli y queso
Un guiño verde disfrazado de delicia. Preparación: el brócoli cocido se mezcla con queso fundente y huevo. Se arman croquetas pequeñas que, tras un ligero empanado, se doran hasta convertirse en tesoros verdes escondidos en la mesa.
Rollitos de tortilla con jamón y queso
Pequeños pergaminos de sabor. Cómo se hacen: se cocina una tortilla fina como un papel, se coloca jamón y queso encima, y se enrolla como un secreto. Al cortarla en trozos pequeños, cada bocado es una sorpresa.
Muffins salados de verduras
Coloridos y juguetones.
Elaboración: zanahoria rallada, calabacín y queso se mezclan con huevo batido. Se vierten en moldes de muffins y se hornean hasta que la casa se llene de un aroma acogedor. Un snack que parece un postre, pero es pura nutrición.
Tortitas de avena y plátano
Dulzura natural en versión mini. Cómo se preparan: plátano maduro triturado, avena y huevo forman una masa ligera que se cocina en sartén, creando pequeños panqueques dorados. Ideales para el desayuno o una merienda saludable.
Con estas recetas, la mesa se convierte en un escenario donde los sabores se disfrazan de juegos y la nutrición se mezcla con la imaginación. Porque, al final, alimentar a un niño no es solo cuestión de nutrientes: es también un acto de amor envuelto en creatividad.
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