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Buscando a los niños del Método Estivill

Una investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco está desarrollando un estudio sobre los posibles efectos psicológicos del método Estivill en la vida de las personas a quienes se les aplicó en su infancia.

El lloro intenso y prolongado del bebé es el principal desencadenante de la actitud descontrolada de padres y cuidadores que puede producir síndrome del bebé sacudido
El lloro intenso y prolongado del bebé es el principal desencadenante de la actitud descontrolada de padres y cuidadores que puede producir síndrome del bebé sacudidolarazon

Si te aplicaron el método Estivill cuando eras un bebé o conoces a alguien que lo haya experimentado, vuestra participación será muy valiosa en esta investigación.

Cuando nace un bebé, todo se trastoca en a familia. Lo primero, el sueño de los padres. De uno de los dos o de ambos. Y esto, a la mayoría, le duele bastante porque, no nos engañemos, no dormir de un tirón, despertarte cada hora o cada dos es algo que, a la larga, termina agotando y produciendo irritabilidad a las personas que lo sufren. Esta es, entre otras, una de las causas por las que se necesita la baja por maternidad. Como ningún bebé es igual, no se puede saber cuánto dormirá. Ni siquiera si comienza durmiendo lo que se dice “bien”, es decir, cada tres o cuatro horas, podemos asegurar que esto no cambiará. El sueño de los bebés, al principio es muy diverso y generalmente se despiertan porque tienen hambre, porque se sienten solos o porque están incómodos con un pañal. También los conocidos cólicos del lactante (su estómago es muy inmaduro) pueden proporcionar “gloriosas” noches a los padres. No es de extrañar que, ya desde hace tiempo, hayan surgido numerosas teorías para que los bebés duerman. Algunas más beneficiosas para el bebé que otras. La única que no genera seguro ningún daño es que el bebé duerma en la misma habitación que los padres, preferiblemente cerca de su madre y que sea atendido por esta cuando llora. Eso le proporcionará mucha seguridad, consuelo y o lo calmará. Esperar que un bebé se calme no es, según la neurociencia, la mejor de las ideas.

En esa línea de buscar soluciones nació el método Ferber y que en España se rebautizó como Método Estivill. Ya han pasado 34 años desde que, en nombre de la ciencia, se comenzó a intervenir en el trato que se les debía dar a los bebés y niños pequeños a la hora de dormir. En 1985 se publicó con notable éxito en Estados Unidos el método del Dr. Richar Ferber para lograr que los pequeños durmiesen la noche completa sin reclamar la atención de sus padres. Diez años más tarde, el Dr. Eduard Estivill lo importó a España y lo llamó con su nombre. Así que, si conoces a alguien de 24 años o menor o bien tú te encuentras en ese rango de edad, es posible que hayas vivido esta experiencia en tu infancia temprana.

¿En qué consistía este método? Era un tratamiento de condicionamiento de extinción gradual. O en otras palabras, se trataba de aplicar unas pautas para que los bebés y los niños se durmieran solos, sin que los acunasen, cantasen, ni los acariciasen o diesen la mano y, en el caso de que despertaran de noche (por sed, hambre, necesidad de compañía, pesadillas, miedo, etc.), no reclamaran a sus padres y volvieran a dormirse solos. Se aplicaba siguiendo unas instrucciones, que consistían en aumentar el tiempo de espera para atenderlos (aunque lloraran con todas sus fuerzas). Estos tiempos iban aumentando a medida que pasaba la noche, los días, y las semanas en algunos casos. De hecho, se avisaba que cuando el niño había estado enfermo, o se habían dado ciertos cambios, podía resultar necesario repetir el método de nuevo y, para apaciguar las quejas o preocupación de los vecinos por los llantos persistentes durante tantas noches, el autor sugería una ocurrente mentira: “Llora mucho porque tiene otitis”.

Debido a estas características este método generó una gran polémica entre seguidores y detractores. Unos lo consideraban una bendición que fomentaba la autonomía de los bebés y los otros ponían en entredicho la ética de aplicar este tipo de técnica a un niño pequeño a la vez que argumentaban que estas técnicas podían dañar el vínculo con sus padres.

Cuando se buscan en la red experiencias de padres que han puesto en práctica el método Estivill, la mayoría reconoce que la puesta en práctica de las pautas ha resultado dura para ellos. Les ha costado ignorar los llantos de sus hijos, pero pueden estar satisfechos con los resultados porque en mayor o menor medida les ha funcionado y el niño ha dejado de llamarles en la noche. Otros confiesan haber abandonado dicho método al no poder soportar los llantos.

En el otro lado tenemos al protagonista: al bebé, pero este no habla ni tiene la capacidad de valorar la experiencia a esta edad tan temprana, por lo que poco conocemos sobre cómo ha podido influir esta técnica de condicionamiento en las personas que lo recibieron. Estadísticamente hablando: ¿Son personas más independientes? ¿O por el contrario son más inseguras?

Con la finalidad de encontrar respuestas a diversas preguntas, el coordinador de la presente investigación, el Dr. José Martín Amenabar de la Universidad del País Vasco (josemartin.amenabar@ehu.eus) y su equipo están recogiendo información sobre estas experiencias, contadas por los propios protagonistas. Para tal fin han diseñado un cuestionario al que se puede acceder desde el siguiente enlace: