Educación

Desvelo digital: Cómo el uso excesivo de pantallas afecta el sueño de los adolescentes

La OMS aconseja que antes de los dos años la exposición a pantallas sea nula y que entre los 2 y 4 años no exceda una hora diaria

Niños con móviles
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En 2017, más del 40% de los niños españoles de entre 1 y 14 años pasaban más de dos horas al día frente a una pantalla, según la encuesta nacional de salud. Ocho años después, este tiempo ha aumentado considerablemente, alcanzando las cuatro horas diarias, sin contar el tiempo dedicado a actividades educativas. Este dato, revelado por el estudio de la aplicación de control parental Qustodio, muestra cómo el uso excesivo de pantallas sigue aumentando, en contra de las recomendaciones de las organizaciones sanitarias. La OMS, por ejemplo, aconseja que antes de los dos años la exposición a pantallas sea nula, que entre los 2 y 4 años no exceda una hora diaria, y que los adolescentes de hasta 17 años no sobrepasen los 120 minutos.

Ante este preocupante aumento, investigadores de la Universidad de Murcia se han centrado en estudiar los efectos del uso de pantallas en la calidad y cantidad del sueño de los adolescentes. Según su reciente investigación, el abuso de dispositivos digitales está afectando negativamente el descanso de los jóvenes, lo que ha provocado una disminución significativa de las horas de sueño en los últimos años.

Los estudios de la National Sleep Foundation, que analizan investigaciones previas sobre el impacto de las pantallas en el sueño, revelan que la exposición prolongada a estos dispositivos, especialmente antes de dormir, contribuye a una menor duración del sueño, peor calidad y horarios más tardíos en los adolescentes.

La luz azul de las pantallas: ¿La verdadera culpable?

Si bien algunos estudios sugieren que la luz azul emitida por las pantallas podría ser uno de los factores responsables de estos efectos negativos en el descanso, los investigadores de la Universidad de Murcia advierten que los resultados sobre este tema aún no son concluyentes. A pesar de ello, coinciden en que el principal factor perjudicial sigue siendo el uso excesivo de los dispositivos, como los teléfonos inteligentes, redes sociales y videojuegos. En cambio, otros estudios han señalado que dispositivos "más pasivos", como la televisión, no tienen el mismo impacto en la calidad del sueño.

A pesar de estos efectos negativos, los investigadores destacan que los jóvenes pueden mejorar su sueño adoptando hábitos saludables. Uno de los enfoques más efectivos es la exposición a la luz natural durante el día. Los estudios han demostrado que, cuanto más tiempo pasan los niños en edad preescolar al aire libre y más actividad física realizan, mejor es la calidad de su sueño.

Para mitigar los efectos negativos de las pantallas en el sueño, los padres y cuidadores deben ser conscientes del tiempo de uso de los dispositivos y promover hábitos que favorezcan el descanso, como la actividad física y la exposición a la luz natural. La clave está en encontrar un equilibrio que permita a los adolescentes disfrutar de la tecnología sin poner en riesgo su salud y bienestar, especialmente en lo que respecta a su sueño.