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Consumo saludable
¿Merece la pena sustituir el aceite por la manteca de cerdo? Diferencias y cuál es mejor para freír y cocinar
Dos opciones habituales en la cocina, con propiedades muy distintas en nutrición, sabor y técnicas de cocinado

La manteca de cerdo es una grasa de origen animal que se utilizó durante décadas en la cocina tradicional. El aceite vegetal, en cambio, proviene de semillas como la soja, el girasol o el maíz y es hoy el más extendido en la cocina doméstica e industrial.
Aunque ambos cumplen la misma función aportar sabor, textura y medio de cocción, las diferencias en su composición y en su punto de humo hacen que cada uno sea más recomendable para técnicas distintas.
Diferencias nutricionales: calorías y tipo de grasa
Estas son las claras diferencias nutricionales entre estos dos ingredientes:
- Manteca de cerdo: contiene grasas saturadas, pero también monoinsaturadas y poliinsaturadas, con presencia de ácido oleico (el mismo que predomina en el aceite de oliva). Aporta vitaminas A y del grupo B, además de ser baja en sodio. Una cucharada (aprox. 12 g) aporta unas 74 calorías.
- Aceite vegetal (ej. soja): presenta más grasas insaturadas y menos saturadas que la manteca, lo que en principio lo hace más recomendable para el corazón. Sin embargo, su proceso de refinado es más industrializado. Una cucharada (aprox. 14 g) contiene unas 120-130 calorías.

En este aspecto, la manteca resulta menos calórica, mientras que los aceites vegetales destacan por su mayor proporción de grasas insaturadas.
Punto de humo: clave para freír de forma segura
El punto de humo es la temperatura a la que una grasa comienza a descomponerse y liberar compuestos nocivos.
- Manteca de cerdo: ronda los 180 °C, adecuada para guisos, sofritos y cocciones a fuego medio, pero menos estable en frituras intensas.
- Aceite vegetal refinado: suele superar los 200-220 °C, lo que lo hace más apropiado para freír alimentos sin que se queme rápidamente.
Por lo que si se trata de frituras profundas, el aceite vegetal es más seguro y estable; para preparaciones a fuego lento, la manteca puede aportar un sabor característico y buenos resultados.
¿Cuál es más saludable?
No existe una respuesta única. Depende del uso y de la frecuencia:
- Manteca de cerdo: menos procesada que algunos aceites industriales y con componentes beneficiosos como el ácido oleico. Pero, al ser grasa animal, su exceso puede elevar el colesterol LDL.
- Aceite vegetal: más rico en grasas insaturadas, pero conviene priorizar aceites de calidad, como el de oliva virgen extra, frente a opciones muy refinadas como la de soja.
Los expertos coinciden en que lo ideal es variar las fuentes de grasa y usarlas con moderación.
Consejos prácticos para cocinar con menos grasa
Estos son 4 consejos prácticos para que tus platos tengan menos grasas:
- Utilizar freidora de aire como alternativa, que permite cocinar sin añadir grasas.
- Reservar la manteca de cerdo para guisos tradicionales, masas o salteados a fuego medio.
- Apostar por aceites vegetales estables, preferiblemente de oliva, para freír y preparar platos a alta temperatura.
- Evitar reutilizar varias veces la misma grasa, ya sea manteca o aceite.

Elegir según el tipo de receta
Sustituir el aceite por manteca de cerdo no siempre merece la pena. La manteca aporta sabor y menos calorías, pero su punto de humo limita su uso en frituras. El aceite vegetal, especialmente el de oliva, resulta más versátil y seguro para cocinar a altas temperaturas.
En definitiva, la clave está en adaptar la elección al plato que quieras preparar y mantener un consumo equilibrado de grasas para cuidar la salud sin renunciar al sabor.
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