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Pablo Iglesias e Irene Montero: de “perroflautas” a la pasarela Moncloa
El vicepresidente del Gobierno intenta dar la talla pero no lo consigue. ¿Por qué las chaquetas y las camisas le quedan tan grandes? En cuanto a ella, nunca lleva tacones. ¿Cuestión de igualdad?
La pareja formada por Pablo Iglesias e Irene Montero se ha convertido en la sensación del nuevo Gobierno español, entre otras cosas, por la relación sentimental que une al vicepresidente del Gobierno y a la ministra de Igualdad. Los líderes de Podemos se han convertido en el otro tándem del ejecutivo, capaz de dar la réplica al que formaban Pedro Sánchez y Carmen Calvo. Pero si bien la sintonía política entre Iglesias y Montero es perfecta, a nivel de estilo suelen dar mucho que hablar.
Frente a la pretendida elegancia deportiva de la que suele presumir la responsable de Igualdad y que la coloca entre una de los miembros mejor vestidos del gabinete, el vicepresidente segundo suele ocupar de manera merecida los últimos puestos de esa lista. Si bien hemos empezado a verle usar de manera más habitual la corbata, eso no quita para que que se haya convertido en un maestro de su mal uso. Parece que por religión opta por llevarla mal, baja, con el nudo casi deshecho y si, además, la puede acompañar con el cuello sin abrochar el botón superior de la camisa, mejor todavía. Y aquí viene su segundo problema: la camisa. Pablo Iglesias parece tener una mala relación con la moda… y no digamos con los sastres. Debería replantearse de lleno su armario, sobre todo si hablamos de camisas y americanas. Las primeras le quedan demasiado amplias y tienen a resaltar demasiado el vientre. Las segundas, normalmente mal cortadas, acaban por quitarle la seriedad que buscaba el líder de Podemos. Además, es un clásico ya de su estilo el que los puños de la camisa se le desborden por las mangas de la americana. Sí, está bien que se vean un poco, pero con dos centímetros basta. En lo que no ha cambiado el responsable de Derechos Sociales y Agenda 2020, es en su fidelidad a la firma 198, la marca creada por Juan Manuel Del Olmo, el actual director de Estrategia y Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno, aunque la suele reservar para sus momentos más desenfadados.
En cambio, Montero, como refería hace unas líneas, destaca por todo lo contrario. No busca ser la más elegante pero, visto el nivel medio del gabinete, acaba destacando y eso que tiene como “contrincantes” a tres pesos pesados como son Carmen Calvo y María Jesús Montero, por el lado socialista, y a Yolanda Díaz, por el de IU. Su problema radica en que no termina de dar el paso hacia la completa corrección. Parece que busca a propósito quitarle seriedad a todas las situaciones. Muy protocolaria tiene que ser la ocasión para que la veamos apostar por una etiqueta más formal. Abusa de los vaqueros (tobilleros) aunque, eso sí, no le vamos a negar que es una maestra en los pantalones de cintura alta (tiene, además, varios modelos con cinturilla con lazada que le sientan muy bien). Y lo que sí está claro es que se niega a someterse a la dictadura del tacón.
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