Omar Montes, indigna por su prepotencia “dineraria”

No se puede presumir de gastos suntuosos cuando muchos no tienen ni para comer, como demuestran las largas colas en comedores sociales y oenegés benéficas. Despidos, Ertes, rebajas en los sueldos, tragedias familiares por las muertes causadas por el virus, desajustes económicos...

Al cantante de trap y reggaetonle debe sonar a chino, y no vale que pose para la Prensa cuando reparte comida en su barrio madrileño del Pan Bendito. Queda muy solidario, si, pero lo empaña su actitud derrochadora frente a las necesidades de los demás.

Su ostentación indigna. La puntilla la dio hace unos días al desvelar que siempre lleva encima entre cuatro y cinco mil euros por si pasa por las tiendas de Gucci, Balenciaga y Versace y se quiere dar algún “capricho”.

La incoherencia preside sus actos cotidianos, triunfa con su música, da de comer al hambriento, y se pierde nadando por un lujo del que en estos momentos tan duros no debería airear públicamente.