Francisco Rivera

Las dos grandes herencias de Carmina Ordóñez

Fran Rivera confiesa a Susanna Griso el verdadero legado de su madre

POSADO EXCLUSIVO DE CARMEN ORDOÑEZ EN TANGERAH / ©KORPA08/09/2003TANGER
POSADO EXCLUSIVO DE CARMEN ORDOÑEZ EN TANGERAH / ©KORPA08/09/2003TANGERAH©KORPA

El recuerdo de la gran Carmina Ordóñez permenece imborrable en la memoria colectiva. Pero si para alguien estará siempre presente es para sus hijos. Meses después de cumplirse el 16 aniversario de su fallecimiento, Fran Rivera ha hablado de su madre en el programa «Espejo Público». Y lo ha hecho con muchísimo cariño y, sobre todo, agradecimiento.

El tema surgía por el famoso camino de El Rocío. Fran conversaba con José Manuel Soto sobre aquellos caminos inolvidables en los que Carmina disfrutaba tanto rodeada de su grupo de amigos. El cantante le confesaba al torero que ahora ese perenigraje ya no se vive igual: «No se dormía nada. Tu madre era una mujer muy divertida. Tenía sus cosas, como tenemos todos, y cuando venía a El Rocío se transformaba, era la reina. Éramos muy jóvenes, te pegabas tres días sin dormir y no pasaba nada. Además, llegabas y te aislabas del mundo porque como no había móviles… Eran siete días que estabas en otro mundo y cuando volvías a tu casa a Sevilla habían pasado miles de cosas y no te habías enterado», contaba.

Y, efectivamente, mucho han cambiado las cosas ahora. Así se lo reconocía Rivera a Susanna Griso durante su sección en el programa matinal: «Era otro camino, ahora ha cambiado. Se llevaba todo para allá, cacerolas incluidas. El camino de esa época era muy bonito. Ahora hay demasiados coches y demasiados camiones. Demasiado todo».

Mientras Fran recordaba, se emitían una imágenes icónicas de Carmina lavándose los pies con una botella de dos litros de Coca-Cola en mitad del campo, ante lo que el torero matizaba: «Sí, bueno, era Coca-Cola porque es lo que había a mano, pero valía cualquier cosa. Tampoco hay que lavarse tanto en El Rocío. El Rocío ya te digo que hay que conocerlo».

Era entonces cuando confesaba a la presentadora que vivir así la peregrinación rociera fue uno de los grandes legados que le dejó Carmina: «Mi madre me ha dejado dos herencias, las mejores que se pueden dejar a nadie. Una, su experiencia de vida, aprender a disfrutar de la vida como ella nos enseñó. Y otra son sus amigos más íntimos, que siguen siendo íntimos míos. El Pai, Antonio Díaz, Álex, Miguel Loreto, alguno que ya no está… Esos han querido a mi madre de verdad y mi madre a ellos, y siguen conmigo» sentenciaba.