Los sábados de Lomana
Felipe VI es lo más digno que tenemos
No sé cómo resumir tanto sobresalto. Esta pandilla de desvergonzados que nos gobiernan están boicoteando España. Son una panda de cretinos entre los Bildu etarras, Esquerra Republicana y Rufianes, que con toda su cara pretenden dar lecciones de democracia. Historias para no dormir aunque Pedro Sánchez duerme a pierna suelta. Ayer se aprobaron sobradamente los presupuestos gracias a sus queridos y adorados compadres comunistas, que dieron a entender que no piensan irse nunca, o al menos en mucho tiempo, según nos comunicó Rufián y fue ratificado por Adriana Lastra, que no cabía en sí de gozo. Esta gentuza que asesoró a Chaves y ha llevado a Venezuela a cotas de pobreza y hambruna nunca imaginadas son nuestro Gobierno. Como les decía, frotándose las manos de felicidad ante una sociedad anestesiada, entrando en una espantosa crisis económica y una miseria galopante después de estas Navidades. Pero ese precisamente es el escenario en el que se mueve bien el comunismo. Sociedades subsidiadas y controladas. Tejido social ignorante, sin criterio, bajo la batuta de Pablo Iglesias, que dirige un perfecto plan de acoso y derribo a la Constitución, a la Corona y a todo lo que moleste, con el tremendo descaro de decir al Rey Felipe que pida perdón a los independentistas por el discurso magnífico que vino a poner cordura después del golpe de estado catalán. Lo que necesitamos no es un Rey pidiendo disculpas. Queremos un Rey más contundente en defensa de nuestras libertades y unidad costitucional. Felipe VI es lo más digno que tenemos.
Otro tema de la semana esla detención de Rafael Amargo. Gran amigo, muy querido, me ha dejado sin reacción. Todos sabemos cómo es, sus mundos a veces algo sórdidos, sus adicciones... Pero ya lo de que sea un «capo» de una organización criminal dedicada al tráfico de estupefacientes me parece muy fuerte y cuesta creerlo. Amargo siempre estaba muy justo de dinero, por no decir «canino», y eso no me cuadra con lo anterior. Es un gran amigo con enorme corazón que a principios del año 2000 era lo más. Recuerdo el estreno de «Poeta en New York» dedicado a Lorca que fascinó en la Gran Manzana. Fue imagen de Roberto Cavalli y en Italia lo adoraban. La última vez que lo vi bailar fue en Ibiza y ya no era el mismo, los kilos lo habían cambiado, ya no volaba. Le abracé cuando me despedí y recordé los tiempos maravillosos... Espero que esta pesadilla sea un mal sueño y estrene su «Yerma» bailando como solo él sabe hacerlo.
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