Icono
Kate Moss, los excesos de la “anti-modelo”: drogas, alcohol, anorexia...
El icono de los 90 cumple hoy 47 años
Tal día como hoy hace 47 años nació en Londres la top modelKate Moss. La modelo británica celebra casi medio siglo de una vida marcada por luces y sombras. Una exitosa carrera profesional como modelo que le llevó a lo más oscuro de la fama: anorexia, drogas, alcohol, fiesta...
Conocida como la “anti-modelo”, Moss debutó a los 15 años y llegó a las pasarelas para romper estereotipos, convirtiéndose en un icono de los 90. Fue seducida por la industria de la moda y ha trabajado para las grandes firmas como Gucci, Dolce & Gabbana, Versace, Chanel, Burberry y Dior. Pero si su figura ha acaparado titulares ha sido gracias a su trayectoria llena de excesos.
“No hay nada mejor que sentirse delgada”
Su extrema delgadez fue motivo de debate durante largo tiempo, y es que su polémica frase “No hay nada mejor que sentirse delgada”, dio la vuelta al mundo acusándola de promover la anorexia entre sus seguidoras. De hecho, en los años 90 fue considerada como el ejemplo de ‘heroin chic’ y su importancia era tal que hasta el propio presidente de los Estados Unidos, por aquel entonces Bill Clinton, llegó a hablar de ella diciendo que era anoréxica. En ese momento Moss no quiso pronunciarse sobre el tema, pero años más tarde, en su libro de memorias desmintió que sufriera esta enfermedad.
“Solo existía una cosa para mí: fiesta, fiesta y más fiesta”
Las adicciones a las drogas y el alcohol fueron otras de sus grandes polémicas. Muchos eran los rumores que relacionaban a la modelo con los excesos, pero no fue hasta 2005 cuando se hizo público. Un medio británico se publicó unas fotos de Moss esnifando cocaína junto a su entones pareja, el músico Pete Doherty. El escándalo fue tal que le costó más de un disgusto a la modelo, ya que firmas como Chanel o Burberry rompieron sus contratos. Incluso llegó a confesar al tabloide ‘The Globe and Mail’ que el alcohol podría haber sido el causante de su retirada de las pasarelas: “Todavía me divierto mucho cuando me pongo delante de la cámara en una sesión de fotos, pero ya no me interesan los desfiles de moda. La última vez que pisé una pasarela pedía una copa de champán y me dijeron que no había alcohol en todo el recinto. Me enfadé muchísimo y dije que ya no volvería a desfilar”.
Años más tarde, también en sus memorias, la británica habló sobre esta dura etapa de su vida y confesó que “ingresé en una clínica de desintoxicación por voluntad propia. Me di cuenta de que no podía seguir así. Antes solo existía una cosa para mí: fiesta, fiesta y más fiesta. Con mucho alcohol y otras locuras.Ahora me relajo en el campo con mi hija. Cocina asado inglés y hago mermerlada”.
El relevo de la “top model”
Ahora, su única hija, Lila Grace Moss ha tomado el relevo de su madre en lo que a las pasarelas se refiere. De ella ha heredado sus ojos verdes y, al parecer, también su pasión por la moda. Aunque en su entorno dicen que Lila está más interesada en el estilismo que en posar como una top, su madre se encargó de ficharla en la agencia que lleva su mismo nombre, Kate Moss Agency. Juntas habrían preparado el salto a la fama de la joven al cumplir los 18 años (29 de septiembre) y la modelo estaría ejerciendo como mentora para introducir a Lila en el mundo de la moda. Eso sí, bajo su supervisión en cada una de las ofertas profesionales que le surgen a la joven, ya que Kate ejerce como «booker» de su hija.
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