Moda
Qué fue de Paco Rabanne, el diseñador que predijo el fin del mundo
El creador cumple 87 años retirado en la Bretaña francesa y feliz por ver cómo su firma vive una nueva etapa de éxito. Tras el fallecimiento en diciembre de Pierre Cardin, él es el único superviviente a una generación que cambió la moda para siempre
La última vez que vimos a Paco Rabanne fue en 2014. En aquel momento, el grupo Puig, actual propietario de la firma, celebraba su centenario y decidió contar para su aniversario con el diseñador español, fundador de una casa de moda que acababa de adquirir el grupo catalán y una de las que más dinero les ha hecho ganar gracias a la explotación de sus fragancias. Desde entonces, poco se sabe de la vida que lleva el que está considerado como uno de los creadores más revolucionarios de la historia de la moda.
Nacido en la ciudad guipuzcoana de Pasajes bajo el nombre de Francisco Rabaneda, la Guerra Civil le hizo emigrar junto con su madre (costurera de Cristóbal Balenciaga) a Francia, lugar donde lleva residiendo desde entonces. En la actualidad pasa sus días en la Bretaña francesa, apartado de la moda: “Está bien, en casa tranquilo, aunque no hablo con él desde hace unos meses”, explica el diseñador Daniel Rabaneda, sobrino nieto de Rabanne. “Desde que se retiró de la moda está a otras cosas, aunque tiene muy buena relación con Puig. Además, fue padrino de promoción de mis alumnos del Centro Superior de Diseño de Moda de la Universidad Politécnica de Madrid”.
Rabanne puede presumir de haber sido uno de los diseñadores que ha conseguido ver como su legado se pone en valor con él todavía en vida. Su obra se considera fundamental para entender la moda contemporánea y su marca vive ahora uno de sus mejores momentos: “Que el grupo Puig decidiera revivirla es una manera de conseguir que siga vivo su trabajo”, confiesa Rabaneda. “Él está feliz de todo lo que hizo durante más de cuarenta años y de que su legado siga vigente aunque ahora él no se dedique a eso. No solemos hablar de moda, pero sí entiendo que es feliz de que su marca tenga una vida y que su nombre todavía se reconozca”.
Premio Nacional de la Moda en 2010 y Medalla de Oro en las Bellas Artes en el año 2000 en nuestro país, y miembro de la Legión de Honor francesa desde 1989, lo cierto es que el sector siempre ha sido muy generoso (o justo) con el trabajo de Rabanne, un nombre clave para entender la moda de los años 60 y el único que queda todavía con vida de los “diseñadores espaciales”, aquel grupo formado por André Courrèges, Pierre Cardin, Emanuel Ungaro y el propio Rabanne que quedaron fascinados por la carrera espacial que se vivió en aquellos años y que abrieron la moda al mundo pop y a nuevos materiales: “Hay marcas que son claves para la ropa, pero Paco fue más que eso”, recuerda su sobrino nieto. “Fue más allá y cualquiera que ahora se ponga al frente de la firma sabe que tiene una sombra, pero creo que es bonito poder contar con una herencia creativa enorme”. Una fundación continua ahora con su legado, aunque Daniel Rabaneda, que llegó a ser vicepresidente, se ha desvinculado de ella: “Lo dejé porque no terminaba de ver factible una fundación que no estuviera vinculada 100% con Puig, como es el caso de Loewe con la suya”.
Una visión “especial” de la vida
Las últimas apariciones públicas de Paco Rabanne también estuvieron muy vinculadas con el misticismo, del que es un gran referente (ha escrito novelas sobre viajes astrales y reencarnaciones) y el diseñador sigue siendo un ser espiritual: “Se nace con esa luz, uno no deja de ser así de un día para otro”, asegura Daniel Rabaneda. “Y la mantendrá siempre. Él tiene una visión muy especial de la vida y eso no lo dejará de tener nunca”.
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