Sus reportajes más rentables
Rocío Carrasco y Antonio David, lo que dijeron en sus exclusivas millonarias
La joven pareja supo rentabilizar su amor desde sus inicios. Hablamos con sus fotógrafos y repasamos sus reportajes más rentables
Rocío Carrasco vivió rodeada de la corte de fotógrafos y periodistas con los que su madre se convirtió en «la más grande», no solo por su prodigiosa voz sino como un fenómeno mediático sin precedentes. De todas las artistas y folclóricas, la Jurado fue la más querida y respetada por los grandes de la prensa del corazón, entre ellos, el desaparecido Agustín Trialasos, el mítico Antonio Cuenca, los veteranos paparazzis Antonio Martín Gamo o Lalo Álvarez y famosas periodistas como Lydia Lozano o Maika Vergara. Algunos se llevaron sus secretos a la tumba y otros aún rememoran con nostalgia los momentos que vivieron junto a ella y su primogénita.
Lo recordaba Rocío Carrasco en el primer capítulo del polémico documental que protagoniza en Telecinco y que mañana arranca con dos nuevos capítulos que prometen sobrecoger aún más al espectador: «Mi madre siempre ha tenido una buenísima relación con la prensa. Era una relación de mutuo respeto. Por eso, ella nunca entendió que eso cambiara conmigo». Y aunque fecha el comienzo de su suplicio mediático en 2002, hay que recordar que, desde el inicio de su noviazgo con el malagueño y hasta hoy, ella vivió de los medios de comunicación y sus apellidos. A diferencia de su madre que jamás cobró por hacer un reportaje y dar una entrevista, la entonces pareja vivió de vender su vida privada vía exclusiva. La hemeroteca no miente, pero vayamos por partes.
Rocío y Antonio David les exhibieron en prensa y, después, con el boom de las tertulias del mundo rosa, ya separados y en litigios por la custodia de sus hijos, se lanzaron al ruedo de los platós. El desaparecido programa «Tómbola» fue testigo de sus reproches hasta que ficharon con los grandes. Rocío Carrasco, desde 1999 al 2004, fue fija en «Día a Día», el programa de María Teresa Campos y su ex, tertuliano en Crónicas Marcianas e invitado de «Salsa rosa».
Rocío vende su primera exclusiva cuando cumple 18 años. Su lucrativa relación con los medios de comunicación se remonta a 1995, cuando Rocío aún era menor de edad y Antonio David, un guardia civil de 19 años. La proximidad de Rocío Carrasco a paparazzis y profesionales de las revistas del corazón, permitió el lucrativo negocio. La joven pareja manejó a la prensa del corazón a su antojo, algo que no coincide con lo narrado por Rocío Carrasco en su documental. «Nos seguían los paparazzis y me di cuenta que todos ganaban dinero menos yo», dijo Rocío Carrasco. Cuando cumplió 18 años, dejó el colegio y cogió un avión a Barcelona para irse con Antonio David. Dejó a su madre llorando y suplicándole de rodillas que no se fuera de casa, omitiendo que el viaje que había programado para ver a Antonio David no tendría como destino el pequeño pueblo de Argentona, sino un lujoso hotel en Marrakech. Es conveniente saber que Rocío vende su primera exclusiva a «Lecturas» al cumplir los 18. Un reportaje que se publica el 12 de mayo de 1995 cuando viaja para celebrar su mayoría de edad a Marrakech. Una semana después, en la misma revista, hace otro reportaje: «Rocío Carrasco nos descubre a su nuevo amor: Antonio David Flores». Es de suponer que ambos reportajes fueron bien retribuidos pues cumplía con todos los requisitos para convertirse en una portada de impacto. Ellos se llevaban el 50 por ciento de lo facturado a las revistas.
Uno de los fotógrafos que más reportajes ha realizado con el beneplácito de la pareja, y que prefiere mantener el anonimato, nos confiesa que «en los inicios se les veía muy enamorados. Él era encantador y la trataba muy bien. A lo largo del tiempo su actitud era más chulesca. Tenían broncas y se peleaban con frecuencia. Rocío tenía un carácter fuerte, lo ha tenido desde que era pequeña, y él también. Eran muy jóvenes», recalca. Tras el viaje, Rocío se quedaría hasta acabar el curso en el Colegio Pinosierra de Madrid. Sus malas notas y las continuas giras de su madre, hicieron que sus padres decidieran internarla allí. Tal como me confesó, hace años, una de las responsables del internado, «había fines de semana que me la llevaba a casa porque me daba pena que se quedara allí sola». Rocío era una adolescente rebelde, acostumbrada a imponer su voluntad a su madre, con quien tenía una relación compleja. Además, las circunstancias profesionales y personales de los Jurado-Carrasco, no ayudaban.
Desde que se instala en Argentona con Antonio David hasta que anuncia su boda con él, solo transcurren cuatro meses. Lo hace en «¡Hola!» con una exclusiva: «Me ratifico en todo lo que he dicho, nos casamos en diciembre o enero». En la entrevista afirma que no se planteaba tener hijos pronto ya que «es mucha responsabilidad tener un hijo y creo que ahora soy muy joven y le volvería loco». Pero un accidente de moto, sufrido en Barcelona en diciembre de 1995, pospone el enlace hasta marzo de 1996. La pareja se daba el «sí, quiero» en la finca Yerbabuena de Ortega Cano en Castilblanco de los Arroyos. La novia iba al altar embarazada, con el disgusto de sus padres y ante mil invitados y una legión de fotógrafos. Tras la polémica luna de miel en isla Mauricio, inmortalizada en las páginas de «¡Hola!», y que provocó el enfado de la pareja con Amador Mohedano, a quien acusaron de dar el chivatazo a una agencia, los recién casados regresaron a Argentona y anuncian, en la mencionada publicación, que Rocío está embarazada: «Es cierto que estoy esperando un hijo y soy, por ello, muy feliz». No habían pasado ni seis meses desde que declarara, a la misma revista, que era muy joven para ser madre. La pequeña Rocío Flores Carrasco, «Ro», nació en octubre del 96 y fue recibida con una exclusiva.
En junio de 1998, un año después de la condena de Antonio David Flores por el escándalo de la multa que le obligó a causar baja en el cuerpo, el matrimonio se muda a Madrid, donde Rocío Jurado les ha comprado una casa cercana a la suya. Ella está ya embarazada de su segundo hijo pero las cosas no van bien entre ellos y en agosto, durante las vacaciones de la pareja en Chipiona, se produce el episodio que, en Telecinco, titulan «el brutal episodio de la ventana».
Crisis y separación
Tras el nacimiento del pequeño David, en 1999, empiezan los rumores de crisis y separación. Según relató Rocío Carrasco, debido a las supuestas infidelidades de él. Lo cierto, es que ese verano ya están separados pero no sería hasta noviembre cuando Rocío hizo oficial la ruptura. «Intuyo que ha habido otra mujer en la vida de David», declaraba ella a «¡Hola!», donde también aseguraba: «A la vista está que no perdono una infidelidad». Aunque, según reconoció en el documental, las llevaba perdonando desde el principio. Sin duda en «Sálvame» hace ahora un ejercicio de madurez, que entonces no hizo.
La pareja, que ya había hecho la mudanza a la casa en la que no llegaron nunca a vivir, en el Encinar de los Reyes, tuvo que volver a llamar a la empresa para volver a sacar sus enseres y repartirlos. Vivieron en Villa Jurado en La Moraleja los últimos meses del matrimonio, en los que Antonio David se negaba a abandonar el «domicilio conyugal», sin llegar a un acuerdo, para no verse perjudicado en el divorcio. La separación de mutuo acuerdo incluía una cláusula de confidencialidad, que les impidió, por un tiempo, vender nada relativo al fin de su matrimonio y sus hijos. Una pena que la rompieran.
✕
Accede a tu cuenta para comentar