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Investigación

El embaucador que estafó a Fernández-Tapias

En plena batalla con sus hijos, la Fiscalía cree que fue objeto de una estafa de José Trinidad Márquez, un delincuente con condenas por engaño, y un juez imputa al naviero por intentar comprar a un funcionario de Venezuela

Fernando Fernández Tapias entra en su coche tras la sesión del juicio.
Fernando Fernández Tapias entra en su coche tras la sesión del juicio.Ruben MóndeloLa Razón

¿Responsable de corromper a un funcionario o estafado por un delincuente multirreincidente? De las dos formas se presenta en el Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid el naviero Fernando Fernández-Tapias; imputado por el magistrado Juan Carlos Peinado por un delito de corrupción en los negocios internacionales; pero que según la Fiscalía fue embaucado por el empresario José Trinidad Márquez. Este ciudadano venezolano “cuenta con un importante historial delictivo en nuestro país, con detenciones que se remontan a 1998 y con condenas judiciales por estafa, la más reciente en 2012″, según especifica el ministerio público.

Trinidad Márquez, bajo la identidad de Domingo Galán Macías, un desempleado, se hizo con un documento en el que se le designaba como apoderado de la sociedad pública Petróleos de Venezuela SA (PDVSA). En el mismo, se daba cuenta de un acuerdo del Consejo de Administración de 2 de mayo de 2014, que otorgaba al falso Galán Macías poderes para negociar y otorgar contratos en nombre de la empresa pública del país sudamericano.

Este ciudadano venezolano usurpó la identidad de Galán Macías, familiar de un recluso con el que compartió su estancia en la cárcel de Estremera (Madrid). Según la declaración del auténtico Galán Macías, tras recibir la visita en su vivienda del presunto estafador, se dio cuenta de que le habían desaparecido tanto el DNI y como su pasaporte.

Colaboración de un ex ministro

La Policía española, que apunta a la posible colaboración en la presunta estafa del ex ministro del Petróleo de Venezuela Eulogio del Pino, considera que Trinidad Márquez urdió un plan para tratar de obtener fondos de empresas españolas que pretendían obtener contratos de PDVSA.

Las sociedades del vicepresidente del Real Madrid, Fernando Fernández-Tapias, aceptaron realizar pagos a quién creían que era representante de la petrolera venezolana en Europa, y por tanto, tenía capacidad para otorgarles los contratos deseados.

Con la identidad de Domingo Galán, Trinidad Márquez contactó, entre 2015 y 2017, con el Grupo Empresarial F. Tapias, controlado por el naviero gallego: “Llega a firmar diversos contratos para la adjudicación, a sociedades de este grupo empresarial y asociados a este, de supuestos contratos para la construcción de buques y la compra de asfalto otorgados por la entidad pública Petróleos de Venezuela (PDVSA)”, reconoce la Fiscalía, que tras analizar el caso ha pedido el sobreseimiento de la acusación contra el empresario gallego.

Dos contratos diferentes

A cambio, el presunto estafador consiguió que empresas de Fernández-Tapias le realizaran pagos en Suiza en concepto de fianzas. En concreto, los agentes han detectado abonos vinculados a dos contratos diferentes, uno para la construcción de varios buques, que fue otorgado, primero, a la sociedad Naviera F. Tapias Galicia SL, y posteriormente cedido a la firma Naviera F. Tapias Tasal V SL, y otro a la sociedad Marín Petróleos, para la adquisición de asfaltos.

Por el primer acuerdo las empresas del Grupo F. Tapias pagaron 4.000.000 euros a PG Consultores; y Mecanizados Industriales Astillero SA abonó al menos 550.315 euros en favor de José Trinidad Márquez.

En el segundo contrato, que en principio no tendría vinculación con Fernández-Tapias, las firmas Marín Petróleos y Dago SA abonaron 5.150.000 euros por la comercialización durante cinco años de 2,5 millones de toneladas de asfalto.

9,5 millones de euros

Trinidad Márquez recibió de ambos grupos empresariales 9.510.000 euros, que fueron pagados mediante transferencias bancarias a la sociedad suiza PG Consultores GMBH, constituida en Zúrich el 21 de enero de 2015, siendo su socio y director este empresario venezolano.

El negocio para la empresa de Fernández-Tapias era redondo, porque el falso Domingo Galán, cuyo nombre se podía leer en una página web de la firma PG Consultores GMBH, junto a una fotografía de quien en realidad era Trinidad Márquez, prometió al naviero gallego un contrato de 189 millones de euros de la petrolera del país sudamericano.

El empresario gallego llegó a abrir una cuenta en Suiza, que no fue comunicada a la Hacienda española, pero no recibió ninguna cantidad para construir barcos, tal y como había acordado con Trinidad Márquez.

Sigue imputado

Sin embargo, y pese a lo que parece una evidente estafa, el juez Peinado considera, en un auto de 24 de febrero, que hay razones suficientes para que Fernández-Tapias siga imputado por un delito de corrupción en las transacciones internacionales. Y lo hace porque en su declaración de 4 de enero de 2019 este naviero gallego reconoció que la firma que obra en el contrato era suya, y no supo explicar “cómo había podido llegar a manos de Trinidad Márquez una reproducción de su DNI y de su pasaporte”. Pese reconocer que tenía el control de sus sociedades, tampoco sabía nada del pago que su empresa hizo en Suiza.

En el mismo auto de 4 de febrero de 2019 el magistrado Peinado recuerda que una de las directivas imputadas de la naviera F. Tapias Tasal, Milagros Salinas Villalba, hija del procesado en “Gürtel” Manuel Salinas Lázaro, también reconoció que, tras llegar a un acuerdo con el falso Galán Macías, “se separó un dinero para la adjudicación de unos buques”. Asimismo, explicó que en la reunión en la que se acordaron los pagos con Trinidad Márquez “estaba Fernández-Tapias”.

Además, y para justificar la imputación de Fernández-Tapias y el resto de directivos de la naviera gallega, el magistrado destaca en su auto que “en ningún momento” Trinidad Márquez informó a la empresa española de que existiría un proceso de selección de los contratistas: “De donde hay que colegir que esa adjudicación para la que se solicita una importante cantidad de dinero (que a su vez, podría constituir un delito de blanqueo de capitales) en concepto de comisión, lo es para corromper o intentar corromper a un funcionario público para la concesión de un contrato”, dice el auto.

Una “argucia” de José Trinidad Jiménez

En este sentido, la Policía considera que la “argucia” creada por Trinidad Márquez le otorgaba “una posición inmejorable para asegurar la impunidad de su actividad delictiva ya que, no solo actuaba bajo la identidad de un tercero, sino que conseguía que las empresas españolas pagaran unas cantidades, que no dejan de ser una dádiva, al director del proyecto para conseguir el contrato”. Esta situación ponía a los empresarios españoles “en una situación de indefensión si el contrato no se materializaba ya que la denuncia de los hechos les suponía reconocer la propia existencia de los pagos”, resaltan los agentes, que concluyen: “Hay que reseñar que no consta denuncia ninguna de las sociedades españolas a pesar de que Trinidad Márquez consiguió de estas más de 10 millones de euros”.

Además de Fernández-Tapias, que era autorizado de una cuenta bancaria desde la que se realizan pagos a PG Consultores; y de la mencionada Salinas Villalba, también habría participado en la negociación de los contratos el empresario Jesús Panadero Pastrana, quien conocía al menos desde diciembre de 2016 la usurpación de la identidad de Galán Macías por parte de Trinidad Márquez. Otros dos directivos, Santiago Casas Lens y Amando Mayo Rebollo, formaron parte de esta negociación, según el Ministerio Fiscal.

Amando Mayo Rebollo

Precisamente, este último, Amando Mayo Rebollo, está procesado en la pieza separada del “caso Gürtel” en la que se va a juzgar el pago del mayor pelotazo cobrado por Francisco Correa, el cabecilla de la trama corrupta. Según el escrito de acusación, Mayo Rebollo habría participado en las operaciones financieras de Arganda del Rey (Madrid) que acabaron con un abono de casi 25 millones.

Pero los problemas de Fernández-Tapias con la Justicia no acaban con su imputación y su enfrentamiento a los directivos de Tasal, vinculados con la “Gürtel”. Este empresario se enfrenta a una demanda de varios de sus hijos después de que cediera las riendas de la mayor parte de sus sociedades a Juan Carlos, fruto de su matrimonio con Juana Courel. Una decisión que no aceptaron Fernando, Borja e Iñigo, los hijos que tuvo con su ex mujer Chiqui de la Riva. que pretenden incapacitarle y apartarle de la dirección de la naviera.

La “Gürtel” y un negocio con un farsante

Los empresarios Milagros Salinas Villalba y Amando Mayo entraron en 2014 en la naviera F. Tapias tras aportar la firma Tasal alrededor de 45 millones de euros. Según ‘El Confidencial’, pese a que disponían de menos del 50% de las acciones de la empresa, lograron inicialmente hacerse con el control de la misma durante un tiempo. Pero después Fernández-Tapias recobró el control de la sociedad, que recientemente presentó un preconcurso de acreedores. El diario digital también confirma que Amando Mayo Rebollo estuvo en contacto con Domingo Galán Macías, quien en realidad era el condenado Trinidad Márquez.
Este ciudadano venezolano, que se encuentra en situación irregular en España y con un expediente de expulsión que no pudo ser ejecutado, cuenta con un importante historial delictivo, con detenciones que se remontan a 1998 y con condenas judiciales por estafa, la más reciente en 2012. En este caso fue sentenciado a dos años de cárcel por estafa y falsedad en documento privado al haber engañado al embajador de España en Caracas, Dámaso de Lario Ramírez, y a la empresa española Técnicas Reunidas, también haciéndose pasar por emisario de PDVSA.
Con este amplio historial delictivo, que se extiende también a su país de origen y a EEUU, Trinidad Márquez ha acumulado un “ingente” patrimonio que, según la Fiscalía, oculta en Suiza. Además, logró introducir en España al menos 2.032.919 euros.
Y para disfrutar del dinero en España, creó empresas con las que enmascaraba su alto nivel de vida: “Se tiene constancia de que con la identidad usurpada de Galán Macías hacía uso de un vehículo con conductor de esta sociedad, así como de un despacho en la sede de la misma”. El día que fue arrestado dos mujeres de servicio abrieron la puerta a los agentes que querían detenerle en una exclusiva vivienda del madrileño barrio de Salamanca. Está en libertad y sigue teniendo el DNI y el pasaporte de Galán Macías. ¿Estará preparando un nuevo golpe, una fuga o se resignará a ser condenado por la Justicia?