Entrevista

Belén Esteban: «No voy a dejar la tele, pero armaré mi futuro empresarial partiendo de mis gazpachos»

Sus recetas ya están en las grandes superficies y arrasan. La presentadora muestra en LA RAZÓN su faceta oculta como cocinera con la que quiere construir una marca sólida y potente acompañada de su familia

El gazpacho de la Esteban triunfa entre los prescriptores amigos pero fracasa entre los catadores profesionales.
Belén Esteban con sus gazpachosLos sabores de la EstebanLos sabores de la Esteban

Belén Esteban, princesa del pueblo y un verdadero animal televisivo, ha sabido sobreponerse a duros baches, traiciones, decepciones y problemas de salud. Es un ave fénix que ha renacido varias veces de cenizas de submundos oscuros, amores tóxicos y de falsas amistades que le llevaron al borde de la ruina. Belén reencontró el amor en Miguel, que le ayudó a encontrar el camino de la salvación, le mostró la luz y desde entonces su vida brilla. Se quitó de lastres, recuperó salud, familia, amigos y un trabajo en la televisión en el que, incluso su ex representante, pensaba que rozaba la muerte mediática. Desde su último renacimiento, todo son éxitos. Belén es una mujer feliz, valorada y querida.

Tiene la vida resuelta, pero ya ha vivido situaciones tan complicadas que ahora prefiere asegurar su futuro y el de su gente. Durante la pandemia tuvieron tanto éxito sus intervenciones desde la cocina de su casa, que una publicación le ofreció hacer un libro con sus recetas caseras predilectas. A Belén se le encendió la luz y, apoyada y animada por su marido, Miguel, emprendieron un nuevo proyecto de negocio. Recetas caseras, con su toque personal más una selecta despensa de productos nacionales de primera calidad. La irrupción en el mercado de su salmorejo y gazpacho ha sobrepasado cualquier expectativa. Belén está radiante, pero es prudente.

–¿Cómo empezó todo?

Pues la idea surge hace 10 meses. Yo no voy a dejar la tele, estoy muy feliz, en un momento dulce en todos los sentidos, pero tengo que pensar en el futuro. Ya he sido imagen de productos y he hecho bastante publicidad. Entonces, un día Miguel me dijo: ¿por qué no haces algo tuyo? Lo estuve pensando porque es mucha responsabilidad, pero me lancé. Como empezaba la campaña del calorcito y a mi los gazpachos y salmorejos me salen muy buenos, empezamos a preparar todo. En plena pandemia parecía más difícil aún, pero con ilusión y pasión, se supera todo.

–Pero no es fácil, el producto, la fabricación al por mayor, la red de distribución, la competencia, entrar en el mercado y competir con grandes marcas…

Nunca nos planteamos competir. Mi producto es casero y único. No me comparo con nadie ni compito con nadie.

–¿Por dónde empezaste?

Por el principio y paso a paso. Todo lo hemos hecho nosotros. Desde mi receta, buscamos una fábrica y encontramos la mejor de Europa: «Cool vega Company» en Murcia. Todo es nacional: los tomates, pepinos y pimientos de la huerta de Murcia, los ajos de Cuenca y el aceite de Jaén. No creas que hemos elegido lo primero. El resultado es el producto de un trabajo arduo. Hemos viajado y visitado huertas, hablado con la gente que sabe. Buscábamos calidad.

–Estás muy ilusionada…

Tengo los pies en el suelo, pero las expectativas se han superado con creces.

–El público es más exigente con la gente conocida…

Estoy muy contenta, estamos muy felices. La gente ha reaccionado muy bien. El producto es natural, sin colorantes, para veganos y sin gluten. Está buenísimo. El gazpacho y el salmorejo han gustado mucho.

–¿Eres consciente hasta dónde has llegado en tan poco tiempo? Entrar en grandes superficies, supermercados de calidad, es muy difícil…

Estamos en Supersol, Carrefour, Alcampo, El Corte Inglés y sus supermercados Supercor… vamos paso a paso.

–¿Sabes que hay marcas que pagan por estar en algunas cadenas de supermercados?

Todo lo hemos hecho nosotros, he estado en todas las reuniones. Nos escucharon, expuse lo que quería y hacía. No he querido ni embaucar ni convencer a nadie. Ha habido muchas reuniones, no es fácil. Ahora, queremos entrar en supermercados de barrio, vamos despacio pero con paso           firme.

–¿Cómo afrontabas las reuniones?

Yo iba con mi producto y mi verdad. Les explicaba todo. Pasé por departamentos de producción, marketing... Había días que tenía programa y venía de varias reuniones.

–¿Cuál es el volumen de tu producción?

No te lo voy a decir, porque no puedo. Solo te digo que está agotado. No voy a volverme loca y bajar la calidad para subir la producción. Los ingredientes son lo que son y hay lo que hay. Haremos más con la misma calidad.

–¿El siguiente paso?

Cuando acabe la campaña de verano empezamos con las cremas de verduras. Ya hemos visitado huertas y tenemos todo preparado. Zanahorias, calabaza, calabacín… está todo cerrado. Cuando empiece la temporada, estará todo listo con la misma esencia, calidad y producto nacional.

–¿Ahí te quedas?

Hay más cositas pero hasta que esté todo cerrado, no digo nada. Queremos ir poco a poco.

–Has aprendido del cuento de la lechera…

He venido para quedarme. Quiero seguir en esto, me encanta. Es otro mundo que no es la televisión. La gente me ve como Belén Esteban pero esto es serio. Estoy feliz en la tele, me siento querida, valorada, a gusto, pero esto es el futuro mío y de los míos. Quiero que valoren la Belén empresaria, que conozcan mis productos y le guste a la gente.

–¿Has tenido algún mensaje de cocineros conocidos?

Pues mira, me pusieron en Instagram un comentario de Urretxu muy cariñoso y me hizo mucha ilusión.

–¿Se han puesto en contacto contigo marcas importantes, empresarios que quieran comprar la marca?

Ha habido llamadas y contactos pero no me interesa. Si tengo éxito, bien, si fracaso, con la cabeza alta. No voy a vender mi marca, no tendría sentido.

–¿Dejarías la tele si este proyecto crece más?

La tele no la voy a dejar, estoy muy a gusto, feliz, con unos compañeros que me quieren y un público que me valora.