Opinión
La crónica de Amilibia: Subirats, el Houdini que Él necesitaba
Ha llegado el negacionista/escapista. El nuevo ministro es capaz de negar cualquier problema con la contundencia del revés de Djokovic negando la eficacia de las vacunas
Cuando al ministro de Universidades, Joan Subirats, le preguntan por la persecución en Cataluña de los profesores que utilizan el castellano en sus clases, responde flemático y resolutivo: “No existe tal problema”. Ahí está la madre del cordero, con permiso de Garzón. Subirats aporta al Gobierno la negación de la existencia del problema como mejor método para la solución del problema. Así, no hay dificultad que se le resista: ha llegado a la pista central del circo el gran Houdini que Él necesitaba. Ha llegado el negacionista/escapista. El nuevo ministro es capaz de negar cualquier problema con la contundencia del revés de Djokovic negando la eficacia de las vacunas. Lo que no sé es si será capaz de negar tres veces a Marx antes de que cante el gallo, o sea, Él.
Aragonès y su reto: “Atrévanse a ganar en referéndum que Cataluña forme parte de España”. Pide que el Gobierno le eche pelotas, sabedor, muy cuco él, de que las pelotas no están en el tejado: el sanchismo las tiene congeladas por la hipoteca de los votos. Tampoco ve Subirats ningún problema en la exigencia del president: “Alguna forma de consulta debería hacerse”, dice. El ministro de España votó contra España el 1-O y ahora siente una leve nostalgia macerada por la poltrona, aunque su cartera es más bien un monedero para llevar algo suelto. No hay ministerio/vacuna que cure el “podemismo”. Ahora que los soberanistas quieren convertir el español en una lengua muerta, descubren horrorizados que “la mayoría de los jóvenes catalanohablantes cambian de lengua cuando salen de fiesta”. Prefieren la juerga en castellano. No hay problema, dirá Subirats: que los mossos multen a los que canten por C.Tangana en los botellones.
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