El príncipe Alberto desvela el “sufrimiento” de Charlène de Mónaco

Charlène de Mónaco no levanta cabeza. Tras pasar unos meses muy complicados en lo que a su salud se refiere, a consecuencia de una infección laringóloga por la que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente, la princesa tuvo que ser ingresada en una exclusiva clínica centrada en cuidar la salud mental. Ahora que la exnadadora sudafricana había regresado al pequeño estado europeo para retomar su agenda oficial, se ha dado a conocer que se ha contagiado de coronavirus, un nuevo contratiempo que la mantendrá alejada de la opinión pública.

Teniendo en cuenta todo esto, no es ningún secreto que la princesa atraviesa una mala racha que ha hecho mella en su estado anímico. Así lo ha confirmado el propio Alberto de Mónaco, su marido, en una entrevista con el medio francés ‘Journal du Dimanche’. El jefe de Estado lamenta que su esposa “ha sufrido mucho y ha atravesado momentos difíciles lejos de los suyos”, recordando la larga estancia de la madre de sus hijos en su Sudáfrica natal, supuestamente por los problemas de salud que padecía.

En este último año, han sido muchas las informaciones que han visto la luz relativas al complicado estado de salud de Charlène de Mónaco y de su situación familiar. Lejos de suponer un problema en su relación con el príncipe Alberto, este aclara que han salido más fuertes como matrimonio. “¡Todo esto ha sido una prueba! Una prueba, sobre todo para mi esposa, y también para nuestros hijos y para mí mismo”.

Pese al reciente contagio de Charlène de Mónaco de coronavirus, el príncipe Alberto celebra que su mujer “está mejor y por fin podemos pasar tiempo juntos. Es un alivio y una alegría para todos nosotros”. Sus declaraciones no encajan con las últimas informaciones publicadas, que aseguran que la exnadadora olímpica se ha trasladado a Ginebra y permanece alejada del principado, salvo cuando sus obligaciones como consorte la reclaman de vuelta en el país.

De hecho, el príncipe Alberto recalca que tener a Charlène de vuelta en Mónaco es “lo más bonito que podría haber sucedido”, unas palabras con las que parece desmentir que la princesa se ha mudado. Sobre los perennes rumores de que su matrimonio atraviesa una profunda crisis, el jefe de Estado vuelve a negarlos de forma tajante: “Nos duele mucho esos rumores maliciosos. Hemos estado unidos pese a la distancia y hemos hablado a menudo”.