Entierro
Carlos III filtra su último deseo
El Rey proyecta un funeral histórico donde Harry, Meghan y sus hijos jugarán un papel central en una despedida tan simbólica como estratégica
En Buckingham no se improvisa. Cada movimiento está medido, cada gesto pensado, y cada silencio, orquestado. Por eso, cuando se filtra algo desde los pasillos de palacio, el mundo escucha. Y esta vez, el rumor lleva el peso de una despedida anticipada. El funeral de Carlos III, aún en el terreno de la planificación, ya empieza a perfilarse como uno de los eventos más significativos -y emocionales— de la monarquía moderna. Pero lo que realmente ha hecho vibrar el pulso británico es la decisión más inesperada: Harry, Meghan, y sus hijos, Archie y Lilibet, serán piezas clave del último adiós del Rey.
La revelación del diario "The Telegraph" no ha pasado desapercibida. En el corazón de la llamada "Operation Menai Bridge" -el plan que recoge al milímetro cómo se desarrollará el funeral real-, el Rey ha dejado claro su deseo de que sus dos hijos, William y Harry, caminen juntos tras su féretro por las calles de Londres. Un gesto con una carga simbólica imposible de ignorar: unidad familiar, perdón público y un legado sin fisuras.
Oficio íntimo en Windsor
Pero eso no es todo. Meghan Markle, junto a sus hijos, figura entre los nombres contemplados para participar tanto en la ceremonia oficial en la Abadía de Westminster como en el oficio íntimo en Windsor. Una decisión que, para muchos, supone una auténtica rama de olivo tras años de desencuentros, entrevistas explosivas y portadas incendiarias.
El propio Carlos III, según se apunta, ha querido que su despedida refleje también su personalidad y valores: sostenibilidad, sobriedad y eficiencia. A diferencia del luto extendido que marcó la muerte de Isabel II, su deseo es que el duelo nacional se reduzca a unos diez u once días. Sin grandes excesos, pero con el sentido histórico y emocional que corresponde a un Rey.
Aunque oficialmente no se ha emitido preocupación por la salud del monarca, las fuentes próximas admiten cierta inquietud. Sea como sea, lo que sí parece claro es que el soberano quiere dejar sus asuntos en orden —y su familia, en paz. La famosa súplica que hizo a sus hijos tras la muerte del duque de Edimburgo ("Por favor, chicos, no convirtáis en un suplicio mis últimos años") resuena ahora más que nunca.
Los próximos años, con citas como los Juegos Invictus en 2027 o su 80º cumpleaños en 2028, marcarán si el puente tendido por Carlos desde Buckingham logra resistir las tormentas. Pero si su funeral es su última carta, no hay duda de que ha decidido jugarla con el corazón.