Fiscalía
Marius Borg Høiby: el hijo de Mette-Marit que sacude a la Casa Real noruega con 32 cargos en su contra
El primogénito de la princesa heredera afronta un juicio por cuatro violaciones y otros delitos que amenazan con eclipsar la imagen de la monarquía nórdica
La noticia ha estallado como un terremoto en Noruega y más allá de sus fronteras. Marius Borg Høiby, el hijo mayor de la princesa Mette-Marit y hermanastro de la princesa Ingrid Alexandra, ha sido acusado formalmente por la Fiscalía noruega de 32 delitos, entre ellos cuatro violaciones, violencia contra varias exparejas y grabaciones sexuales sin consentimiento. El proceso judicial está previsto que arranque en enero de 2026 y, de ser hallado culpable, podría enfrentarse a una pena de hasta diez años de cárcel.
La acusación, hecha pública el pasado lunes 18 de agosto en Oslo, culmina más de un año de investigación tras el arresto del joven en agosto de 2024. A partir de aquel incidente -una presunta agresión a su entonces novia-, las denuncias comenzaron a multiplicarse y dieron pie a una instrucción que ha implicado registros domiciliarios, análisis de dispositivos digitales y decenas de testimonios. Según el fiscal general Sturla Henriksb, los hechos "son extremadamente graves y tienen el potencial de marcar y destruir vidas".
Niega los cargos de violación
El abogado de Borg Høiby, Petar Sekulic, ha adelantado que su cliente niega rotundamente los cargos de violación y violencia doméstica, aunque sí estaría dispuesto a declararse culpable de algunos delitos menores. Mientras tanto, la Casa Real mantiene un perfil bajo: "Corresponde a los tribunales conocer este caso y llegar a una decisión", se limitaba a señalar en un escueto comunicado.
A sus 28 años, el primogénito de Mette-Marit -fruto de una relación anterior a su matrimonio con el príncipe Haakon- ha sido detenido en tres ocasiones en menos de un año. Tras su última estancia en prisión preventiva, intentó rehabilitarse en Londres, pero abandonó el centro al poco tiempo. Él mismo ha reconocido problemas de adicciones y salud mental.
La Fiscalía sostiene que más de una decena de personas aparecen como víctimas en la causa. Entre los cargos presentados también figuran daños a la propiedad, alteración del orden público e infracciones de tráfico. Incluso se le acusa de filmar a mujeres sin su consentimiento en situaciones íntimas.
La magnitud del caso no ha hecho sino aumentar la presión sobre la familia real noruega, hasta ahora considerada uno de los clanes más discretos y cercanos de la realeza europea. Aunque Borg Høiby nunca ha tenido obligaciones institucionales, creció dentro de la esfera palaciega y ha sido tratado públicamente como un miembro más de la familia. La situación, inevitablemente, proyecta sombras sobre la corona.
En uno de sus escasos comentarios, Mette-Marit reconoció que 2024 había sido un año "muy duro" y que la familia necesitó apoyo profesional. Ahora, con un juicio que amenaza con prolongarse durante meses y con el futuro judicial de su hijo en el aire, la princesa heredera y el príncipe Haakon se enfrentan a la que quizá sea la crisis más difícil de su reinado por venir.