Preocupación en Madrid por Ernesto de Hannover: rodeado de los suyos tras su ingreso hospitalario

La salud de Ernesto de Hannover vuelve a estar en el punto de mira. Desde el pasado jueves 3 de abril, el jefe de la histórica Casa de Hannover permanece ingresado en la clínica Ruber Internacional de Madrid, adonde acudió de urgencia durante la madrugada. Aunque el diagnóstico se mantiene en la más estricta discreción, el ambiente que rodea a su círculo más cercano habla por sí solo: hay preocupación, y de la seria.

Reciente operación de cadera

Ernesto, de 71 años, había reaparecido recientemente en público tras meses alejados del foco mediático. En diciembre fue sometido a una operación de cadera que le obligó a usar un andador durante su convalecencia, y en marzo -en un intento por disipar rumores- reapareció en la celebración del cumpleaños de su nuera, Sassa de Osma. Allí, en la casa que comparten Sassa y Christian de Hannover en Puerta de Hierro, se le vio sonriente y caminando con la ayuda de un bastón. Fue un gesto de normalidad que ahora queda en suspenso.

Desde su ingreso, Ernesto no ha estado solo. Su hijo Christian, su nuera Sassa y su actual pareja, Claudia Stilianopoulos -hija de la recordada Pitita Ridruejo-, han sido una presencia constante en el hospital. A lo largo del fin de semana, se les ha podido ver entrando y saliendo del centro médico, visiblemente afectados. El sábado, tomaron un respiro en una terraza cercana al hospital, donde compartieron impresiones en un ambiente contenido. El domingo, las caras serias volvieron a repetirse.

A pesar de estar aún casado con la princesa Carolina de Mónaco, con quien comparte una hija en común -la princesa Alexandra-, no se espera la presencia de la royal monegasca en Madrid. Su relación lleva años distanciada, aunque nunca formalizaron el divorcio.

En Alemania, ya a mediados de marzo los medios hablaban de un "alarmante deterioro de salud" del príncipe. Pero en España, donde lleva años instalado y donde ha reconstruido su vida sentimental, se ha mantenido bajo un perfil más privado.

Ahora, con la incertidumbre sobre su estado real, su entorno se blinda, pero su presencia en la Ruber ha hecho saltar las alarmas. Queda esperar si este nuevo capítulo en la vida del aristócrata alemán es solo un susto… o algo más.