La presencia de Harry en la coronación

A principios de año, en plena tormenta por la publicación de sus polémicas memorias, al príncipe Harry le preguntaron si iba a asistir a la coronación de su padre Carlos III el próximo 6 de mayo. «Pueden pasar muchas cosas hasta entonces, pero ya sabes, la puerta siempre está abierta, la pelota está en su tejado», aseguró a ITV. «Hay mucho que discutir y realmente espero que estén dispuestos a sentarse y hablar de ello», añadió el hijo menor del monarca, insistiendo en que cualquier conversación tendría que basarse en la confianza, en medio de la preocupación de que pudieran filtrarse a los medios, su gran obsesión.

Pues bien, cuando queda poco más de un mes para el gran día histórico, la presencia de Harry y Meghan sigue siendo una incógnita. La verdad es que en los últimos meses han pasado muchas cosas. O ninguna. Según se mire. Pero el hecho de que el duque de Sussex haya viajado por sorpresa esta semana a Londres y no se haya visto con ningún miembro de la Familia Real revela hasta qué punto llegan las tensiones. Harry acudía el lunes a la audiencia preliminar de un juicio colectivo contra Associated Newspapers Limited (ANL), el editor de Daily Mail, por supuestas escuchas telefónicas y otras violaciones de su privacidad. Podía haber comparecido por videoconferencia desde su mansión en Montecito (California) pero prefirió cruzar el Atlántico. Era su primera visita al Reino Unido desde el funeral de Isabel II el pasado mes de septiembre. Seis meses sin ver a los suyos. Y, sin embargo, ni su padre, Carlos III, ni su hermano, el príncipe William, encontraron tiempo para tomar un té.

El monarca estaba «demasiado ocupado», según apuntan los medios británicos, en una de sus residencias en Highgrove, Glos, preparándose para su primer viaje de Estado al exterior en Alemania. Y por su parte, William había aprovechado las vacaciones escolares de Semana Santa para escaparse con su familia unos días a un destino que no ha salido a la luz. Harry, por tanto, podría tener más razones ahora para argumentar el desprecio que le hacen los suyos. Sin duda alguna, gran material, para unas próximas memorias que no descarta sacar a la luz. Sin embargo, todas las realidades tienen dos versiones. Y la última coreografía se podría analizar también como pura provocación. ¿Avisó con tiempo de su visita sorpresa a Londres? El hecho de que Carlos III se encontrara en ese momento en el Reino Unido fue pura coincidencia.

Los pajes Archie y Lilibeth

En realidad tendría que haber estado en Francia, aunque la visita se canceló en el último momento por las grandes manifestaciones contra Emmanuel Macron y su ley de pensiones. Y eso era algo de lo que Harry era plenamente consciente. Muchos son los expertos en realeza, como es el caso de Richard Fitzwilliam, los que consideran una reconciliación como algo «casi imposible».

Los Duques de Sussex han recibido la invitación formal para la coronación, pero no han confirmado. Según «The Telegraph», tanto Harry como Meghan no tienen idea de cómo el público británico les podrían recibir. Si les sirve como apunte, la gran mayoría de los lectores del periódico monárquico no quieren verles en ese día especial. Uno de los escenarios más probable es que Harry asista solo, con Meghan quedándose en los Estados Unidos para celebrar el cumpleaños de su hijo Archie, que coincide con la misma fecha que la Coronación. Los nietos de Camilla sí tendrán un pequeño papel como pajes, por lo tanto, que los propios nietos de Carlos III no asistan sería algo de lo más excepcional.

El personal a cargo de la logística está trabajando sobre la base de que la pareja volará desde California para la ceremonia y, por lo tanto, los incluye en sus planes. Probablemente vería la investidura junto a otros miembros de su familia en la Royal Gallery. Durante las celebraciones del Jubileo de Platino del pasado mes de junio para marcar los 70 años de reinado de Isabel II, ya mantuvieron un perfil bajo, protagonizando tan solo una aparición pública en el servicio de acción de gracias en la Catedral de San Pablo. Los ánimos estaban ya más que caldeados por aquel entonces tras la controvertida entrevista con Oprah donde acusaron a la Familia Real de racismo.