Polémica
El supuesto chantaje de Rey al Rey
Vuelven a removerse las aguas con más detalles y versiones de una historia conocida. Ángel Cristo Jr. asegura que hizo las fotos de su madre Bárbara Rey junto a Don Juan Carlos
El testimonio de Ángel Cristo Jr. confirmando un rumor, uno más, que lleva recorriendo las redacciones desde hace décadas, ha dejado perplejos a todos: «Mi madre toma la decisión de hacer unas fotos al Rey y me pide a mí que las haga. Hice todas las que pude». El hijo del domador y la vedette fue el artífice de las fotos íntimas de SUMER, nombre en clave del Rey Juan Carlos, con Bárbara Rey.
Tenía tan solo 12 años pero, según su desgarrador relato, desde el divorcio de sus padres, con nueve años, tuvo que asumir responsabilidades para las que no estaba preparado. Ángel asumió tan insólita petición con la misma resignación con la que daba extenuantes masajes a su madre, controlaba al servicio doméstico, vigilaba que su hermana no se drogara, despachaba con los prestamistas o conducía un coche sin carné para hacer recados a su madre. Era su deber; su madre, una vez más, necesitaba de su ayuda.
Era el hombre de la casa y aunque en aquél momento no supiera el motivo por el que su madre le pedía que realizara esas fotografías, era consciente de la necesidad económica que se vivía en su casa. Eso es lo que cuenta. Según el testimonio del hijo, la adicción al juego de su madre la había llevado a la ruina económica. Esta vez no era suficiente con dejarse fotografiar con un famoso o salir desnuda en «Interviú», hacer un montaje, o conceder una entrevista a una revista. Apurada por sus deudas, sin crédito entre prestamistas, con gran parte de sus joyas empeñadas o malvendidas, sin ayuda económica del padre de sus hijos ni trabajo estable, la situación era insostenible.
«La verdadera pesadilla no era mi padre, era mi madre», afirmó su hijo tajante en televisión. «He visto a mi madre gastarse mucho, mucho, mucho dinero en el casino: desde los 100 a 30.000 euros en una noche», confesó. «En el cuarto de mi madre siempre ha habido mucho dinero en efectivo», aseguró. «Y ese dinero, ¿de dónde procede?», planteó el entrevistador. «Venía de unos pagos que se le hacían periódicamente a mi madre por el chantaje al Rey de España».
Todo estaba planeado
Seguimos con el relato. Durante tres meses, Bárbara preparó su gran golpe sin calibrar las consecuencias. No podía confiar en cualquiera. Las únicas personas que estaban al tanto de sus intenciones, su amiga Hortensia Blázquez y su familia, trataron de quitarle la idea de la cabeza cuando vieron que Bárbara iba en serio. La actriz le pidió al hermano de Hortensia que hiciera las fotos, pero él se negó en redondo. Llegó a pensar en pedírselo a su propio hermano, Salvador, recientemente fallecido, pero su fragilidad mental no lo convertían en el candidato perfecto. Ya sin más recursos de confianza se lo ordenó a quién nunca pensó que la traicionaría: su propio hijo.
Le explicó que necesitaban dinero y que tenía que hacer unas fotos a una persona muy importante. También le dijo que podía ser peligroso, que no podían verle y que no podía contárselo a nadie. Que todo lo hacía por el bien de la familia. Con una cámara réflex y un teleobjetivo, el niño practicó , fotografiando a su vecina, Jenni Llada, detrás del seto.
A espaldas de la Reina Sofía, pero con el conocimiento de muchos, en 1977 el Rey comienza a frecuentar a Bárbara Rey. Se verán hasta que la artista y el domador de circo Ángel Cristo anuncien su boda. En 1989, tras el divorcio de la pareja, retoman sus encuentros hasta que, en 1994, se corta definitivamente esta «historia de amor».
Aquella unión intermitente duró más de una década. Los encuentros en los años 70 tenían lugar en casa de un amigo del Rey, pero los que tuvo durante la década de los 80 y 90 se producían en un chalet adosado próximo a Zarzuela, en la calle Sextante de Madrid, pagado, al parecer, por el CSID. Era un lugar un tanto sórdido, según cuenta la propia Bárbara quien insiste en tener un último encuentro «por los viejos tiempos» en su casa de Boadilla del Monte. Será el 22 de junio de 1994, aprovechando que su vecina está en la playa, cuando Angelito, escondido detrás del seto, hace las fotos que pondrán en jaque al Estado con el chantaje al Rey, según declaró en el programa «De viernes» el autor del libro «El jefe de los espías» que recoge las notas manuscritas de Emilio Alonso Manglano, jefe del CSID entre 1991 y 1995.
Según este testimonio, Bárbara extorsionó a la Casa Real en dos ocasiones. «Emilio, tengo que contarte algo. Estoy con Fernando Almansa, nos escucha. Verás, me llamó Barbara Rey y fui a almorzar con ella… Tuve algún gesto con ella. Le toqué el pecho. Esto pasó el 22 de junio. Pues el 1 de julio, el viernes, llamó una persona a la Zarzuela y dijo que tiene fotos. Pide cien mil dólares», le dice Don Juan Carlos al jefe del CSID.
Por estas diapositivas Bárbara recibe 100.000 dólares que se acaban pronto y recopila el material que tiene escondido en Totana, su pueblo natal, para un nuevo y más premeditado chantaje al Rey. Para ello toca varias puertas: las de Mario Conde y Santi Arriazu, propietario de una agencia de prensa y padre de Hugo, el paparazzi condenado a cárcel recién salido de prisión por pinchar el teléfono a Gigi Howard, novia de Felipe VI.
A Mario Conde, en pleno juicio por el caso Argentia Trust, le pide más de 600 millones de pesetas por los videos sexuales, fotos y audios comprometidos, si bien sus expectativas estaban en 4.000. Pero Conde rechaza el trato y se lo cuenta al Rey. Es entonces cuando se descubre que Bárbara les ha engañado y que hay más material por lo que el CSID organiza el robo en casa de Bárbara Rey, que ella denuncia públicamente. Será entonces cuando Santiago Arriazu tome las riendas de la negociación con el Estado. «Se ha llegado a un acuerdo –anuncia el Rey–. Se le entregan 100 millones de entrada y 50 al año, en porciones mensuales». Santi Arriazu lleva la negociación y entrega las cintas en su propia casa, después de quemar todo el material en la barbacoa. Pero a pesar del beneficioso acuerdo y el operativo para destruir el material, aún existen otras copias como las que llevó Ángel Cristo Jr. al programa y que han servido para ilustrar una historia que seguirá dando que hablar.
¿Por qué rompe su silencio?
«Hay dos motivos, uno económico y otro, emocional. Ángel Cristo Jr. tiene una situación complicada con su hija, tiene problemas económicos y le pide ayuda en varias ocasiones a su madre. Él sabe que ella puede ayudarle. Pero siente y vive que no recibe ese apoyo por parte de su madre», explicó el reportero Omar Suárez. «Dice que siempre se ha sentido de segundas, su madre y su hermana han mantenido una relación cercana y él nunca ha sentido ese apoyo. Ha pasado momentos de depresión y no ha sentido esa cercanía. En agosto de este verano me dicen que él mismo le pide ayuda otra vez y de nuevo, Bárbara no le ayuda», añade. Una decisión de la vedette que parece haber llevado ahora a su hijo a decidir buscarse ese dinero en otro sitio. «Entonces tendré que hacer algo que te va a disgustar mucho. Mamá, voy a hablar. Si no me das ese dinero, voy a hablar», asegura el colaborador que le dijo a su madre.
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