Jornada de contrastes
De la tristeza del Rey Felipe a las imágenes de diversión de la infanta Elena
Este viernes ha sido muy distinto para los hermanos. Mientras el Rey lloraba la pérdida de un amigo, la duquesa disfrutaba de un plan festivo
Tarde de contrastes para la Familia Real española este viernes 10 de mayo. No ha sido una jornada fácil para los Borbón, que tratan de asimilar la dura pérdida que supone la muerte de Manolo Barrós, quien fuese durante 14 años su jefe de seguridad del Palacio de la Zarzuela. Fue considerado el “protector” de la Reina Sofía y el Rey Juan Carlos, pues su servicio a la Corona se desarrolló durante el reinado de los ahora eméritos, dejando su puesto un año antes de que su jefe abdicara. Pero el cariño y el vínculo estrecho con toda la familia es un hecho, de ahí que fuese necesaria la presencia del Rey Felipe VI en su último adiós.
El que fuese responsable de la seguridad de los Reyes Eméritos entre 1999 y 2013 fue diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad de las neuronas del cerebro que pierden capacidad de transmisión de los estímulos a los músculos, provocando el deterioro físico y un progresivo debilitamiento muscular. Este mal ha terminado con la vida de Manolo Barrós, pese a los esfuerzos de la Reina Sofía por encontrar vías de financiación a la investigación para buscar una solución a su problemática. Pero no llegó a tiempo y ahora les toca llorar su ausencia, como así hizo este viernes el Rey Felipe VI en el tanatorio de La Paz de Tres Cantos en Madrid. Allí acudió con el rictus serio para arropar a la familia, despedirse del que fuese escudero de sus padres y buen amigo de los Borbón.
Sin la compañía de la Reina Letizia, el soberano acudió vestido con una chaqueta de americana azul marino, combinada con un pantalón gris y corbata negra. Eran las 19:30 horas de la tarde cuando se le vio aparecer por las inmediaciones del edificio fúnebre, sin querer hacer declaraciones y con la firma intención de consolar a la familia de Barrós y darle las condolencias en persona en representación de palacio. Una imagen de recogimiento y tristeza que ha llamado poderosamente la atención, especialmente porque al mismo tiempo su hermana, la infanta Elena, mostraba la otra cara de la moneda, mostrándose pletórica y feliz disfrutando de una tarde de toros en Las Ventas de Madrid.
La duquesa de Lugo no ha querido perderse latradicional corrida de toros de la Feria de San Isidro, fiesta grande de la capital. No estaba sola, pues a la cita acudieron otros muchos rostros conocidos y amantes de la tauromaquia, como son José Ortega Cano –ajeno a la operación de pecho de su hija Gloria Camila-, así como Pedro Trapote, José María Álvarez del Manzano, José Luis Corcuera, Luis Miguel Rodríguez, entre muchos otros. Todos ansiosos por ver las faenas sobre el albero de Morante de la Puebla, como así pudo comprobar la infanta Elena, que ha heredado de su padre su pasión por los toros. Así se dejó ver de lo más risueña en el tendido de Las Ventas con un traje de chaqueta en color blanco, que combinó a la perfección con una blusa verde y sus ya habituales sombreros, en esta ocasión en un tono marfil. Lo hizo compartiendo confidencias con su amigo, el periodista Josemi Rodríguez-Siero, con el que estuvo charlando animadamente durante toda la jornada, sin atender a que su hermano vivía un momento triste en representación de toda la familia.
✕
Accede a tu cuenta para comentar