Linda Evangelista da por concluida su vida amorosa

Linda Evangelista tiene 58 años, pero se le han agotado las ganas de amar. “No quiero acostarme con nadie. No quiero oír respirar a nadie”, ha expresado muy tajante en un artículo publicado en Sunday Times. Con estas palabras deja claro que ha puesto punto final a sus relaciones sentimentales.

Su última cita fue hace más de siete años y desde entonces la modelo canadiense no ha vuelto a estar interesada en nadie. Fue poco después de esa fecha, que ella marca en el calendario como punto de inflexión, cuando la top model sufrió una negligencia médica que deformó permanentemente su cuerpo. La criolipólisis a la que se sometió con el fin de destruir la grasa corporal y tonificar la piel mediante frío no dio lo resultados esperados. A pesar de ser un procedimiento muy popular en medicina estética, en su caso la desfiguró “brutalmente”, según describió ella misma.

Junto a Naomi Campbell, Cindy Crawford y Christy Turlington fue una de las supermodelos que en los noventa dominaron el mundo del modelaje y cambiaron la dinámica de poder en la industria. Sin embargo, como reveló en el documental “Supermodelos”, que estrenó Apple TV+ en septiembre, su vida no ha sido un camino de rosas.

Ni siquiera en el amor ha tenido demasiada fortuna. Su relación con Gérald Marie, exjefe de la agencia de modelos Elite Model Management, terminó en 1993, después de cinco años de matrimonio marcados, según fue revelando con el paso del tiempo, por episodios de violencia doméstica por parte del marido, que este siempre negó.

Linda reconoció que tendría que haber roto mucho antes, pero no le resultó fácil: “Dejar una relación abusiva es más fácil de decir que de hacer. Ojalá fuera solo cuestión de decir: Quiero el divorcio, hasta luego... No funciona así”.

Su romance en 2006 con el empresario Franois Henri Pinault, actual marido de Salma Hayek, fue breve, pero hermoso. Ese mismo año nació su hijo Augustin James.

Defensora de la soltería

A pesar de que se confiesa una romántica empedernida, está convencida de que no habrá más amores en su vida. Se conformará con seguir escribiendo o leyendo historias románticas con final feliz desde su soltería. Su prioridad, concluye, es sanar después de varios baches emocionales, de salud y físicos y dejarse definitivamente de roneos.