Daniel Sacho tiene un "bajón anímico" en prisión

El hijo del conocido actor Rodolfo Sancho, Daniel Sancho, enfrenta una situación emocionalmente desafiante desde que fue ingresado en prisión en Tailandia. El joven se encuentra bajo custodia provisional en la prisión de Koh Samui, una de las instalaciones carcelarias más grandes y precarias del país asiático. Su detención está relacionada con el confeso asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta Arteaga, un médico cirujano colombiano con quien compartía unas vacaciones en una isla tailandesa. La conmoción mediática en torno al caso no ha hecho más que aumentar con el paso de los días, mientras se revelan más detalles sobre el crimen y las circunstancias que rodean al presunto asesino y la víctima.

Según revelaciones de uno de los abogados de Daniel, Ramón Chippirrás, el joven de 29 años está experimentando un profundo "bajón anímico" desde que fue encarcelado. La prisión en la que se encuentra, conocida por su tamaño y condiciones precarias, ha llevado a que sus defensores trabajen activamente para evitar su traslado a una instalación de máxima seguridad en Bangkok. En lugar de eso, buscan mantenerlo aislado del resto de los presos en la penitenciaría de la isla, con el fin de preservar su seguridad física y emocional.

En la actualidad, Daniel se encuentra en la enfermería de la prisión, debido a que debe cumplir con el protocolo anticovid impuesto por la institución. Este protocolo exige un período de aislamiento de 10 días para todos los nuevos reclusos. Una vez cumplido este período, deberá ser trasladado al módulo de presos, donde compartirá celda con un grupo de alrededor de 30 personas.

Desde que el crimen salió a la luz el pasado 5 de agosto, se han conocido diversos aspectos sobre el comportamiento y el estado emocional de Daniel. Las autoridades locales mencionaron que el joven mostró signos de ansiedad tras su arresto y la revocación de su visa. El jefe de la comisaría de policía de Koh Pha Ngan expresó preocupación por la posibilidad de que Daniel considerara el suicidio, lo que llevó a incrementar la vigilancia sobre él.

Sin embargo, las opiniones sobre su estado anímico difieren. Mientras que el responsable del centro penitenciario, Watcharapong Boonsaior, afirmó que el detenido no mostraba señales de miedo o ansiedad, se ha observado que Daniel ha experimentado una notable caída en su estado emocional. Informes sugieren que incluso practica yoga en su celda, compartida con otras cuatro personas.