Opinión

La crónica de Amilibia: El 20-N ya es cosa de Tamara Falcó

Tamara Falcó en su 40 cumpleaños
Tamara Falcó en su 40 cumpleañosSergio R MorenoGTRES

Leo un titular de este periódico que me da de merendar: «La Ley de Memoria Democrática que quiere acabar con el 20-N». No sé yo. A mí me parece que con el 20-N ha acabado Tamara Falcó, que en esa fecha celebra su cumpleaños. Alcanzó ya los 40 y en el Palacio de Saldaña 150 invitados, capitaneados por mami Isabel Preysler, le cantaron el «cumpleaños feliz». En inglés, naturalmente. La marquesa de Griñón es fresca, lozana, devota de la Virgen de la Alegría y cocinera. Un ovni no identificado por J. J. Benítez entre Peter Pan y la novia «hormiguera» de España. Influencer con 1,1 millón de seguidores en Instagram que convierte en perlas de ostra todo lo que toca. En honor a su padre nunca olvidado, Carlos Falcó, gran amante de la caza, cocinó pichón real relleno, plato con fama de afrodisíaco que también dicen que prepara muchas noches, a requerimiento de mami Isabel, para Mario Vargas Llosa, a ver si se anima y cumple como Fernando Sánchez Dragó.

Un día dijo Tamara que «las condiciones para pasar el resto de mi vida con alguien están en “El Cantar de los Cantares”, o sea: “Ven y bebamos el “dod” (el amor físico) hasta el amanecer». Parece que la que un día estuvo a punto de hacerse monja de clausura, ahora le prepara a su novio pinchón real relleno con salsa de Kombucha para que aguante firme y vigoroso hasta las claras del día. Ahí está el gran cambio del cambio: de la pasión mística a la sicalíptica de los 40, irrefrenable. Y además, va y le roba el 20-N a la izquierda que resucita a Franco cada semana. No le van a perdonar.