Escándalo
Traiciones y escándalos de Mar Flores, la «gran superviviente de Usera»
La modelo está en el ojo del huracán después de que un paparazzi al que había encargado seguir a su pareja, Elías Sacal («Sácalo gordo y feo», le pidió) filtrara grabaciones sobre amigas suyas
Mar Flores se ha convertido en personaje de actualidad por la publicidad que un «paparazzi» ha dado a sus conversaciones privadas. La modelo mantenía desde hace tiempo una relación suponemos que de amistad con el fotógrafo. A día de hoy, no solo están rotas sino que Flores tiene intención de demandar, como ella misma ha anunciado. Las revelaciones, tanto en audio como por mensajes, que aparecieron en el programa «Sálvame», han supuesto un tsunami en el mundo del corazón. La empresaria y bloguera pidió al fotógrafo que la ha traicionado que siguiera a Elías Sacal. Este magnate mexicano ha sido relación intermitente en la vida de Mar desde 2016, ya divorciada del empresario Javier Merino. Pasaba con él quince días al mes y las vacaciones que no le tocaba estar con sus cuatro hijos. Cuando se divorciaron, pactaron que el domicilio familiar sería el hogar de los menores y los padres , los que cambiarían de vivienda. En el caso del ex marido, mantiene una vida sentimental estable desde hace tiempo. Con su pareja, una abogada de prestigio, acudió a la fiesta post boda del marqués de Griñón y Esther Doña en la casa Palacio El Rincón. Como curiosidad, destacar de aquella noche que Mar no sabía de la presencia de Merino y su novia en la cena y posterior baile. La modelo acudió sin Sacal. Precisamente, las alegrías femeninas de las que disfruta el millonario Sacal cuando Mar se encuentra en España con sus hijos, fue el detonante de esa petición al paparazzi al sentirse traicionada: «Sácalo gordo y feo», se oye en el audio. A partir de la publicación televisiva aparecen otros supuestos mensajes (esta vez solo escritos) en los que se involucra la vida afectiva de tres mujeres conocidas que tienen familia.
Mujer traicionada
El culebrón estaba ya en marcha. Mar Flores pasaba de mujer traicionada por Elías Sacal, a ser ella la que incomprensiblemente se convertía en el correo del zar del paparazzi. Y este punto es lo que resulta más complicado a la hora de entender las razones que la llevaron a confiar en un tipo de profesional del que, aparentemente, siempre había huido. Según sus propias declaraciones publicadas en su Instagram, no va a permitir que se vulnere su honor y que nadie ponga en su boca datos relativos a esas supuestas traiciones de las que se habla en los platós de televisión. De hecho, cada vez que han surgido informaciones no contrastadas y relativas a su vida privada, lo que ha hecho ha sido demandar o enviar burofax. Unas veces esta determinación iban acompañadas de una razón demostrada al utilizar historias pasadas para definir su personalidad y su vida presente.
Lo llamativo de algunas de esas publicaciones, que se centraban en su faceta amorosa, era que los hombres siempre quedaban al margen de la crítica. De ella lo más suave que destacaban era su capacidad para enamorar a señores poderosos, tanto económicamente como en su faceta mediática. Sucedió con Alessandro Lequio, con Fernando Fernández Tapias, con Cayetano Martínez de Irujo, con Bertín Osborne, con su primer marido, Carlos Constanza, o con el segundo, Javier Merino. Cada uno de ellos tenía también un currículum amoroso igual o más extenso que el de la actriz, pero por alguna razón no recibían la misma consideración. No ayudaron unos comienzos con apenas 18 años, cuando un relaciones públicas que ejercía como su representante, decidió crear un personaje con historias inverosímiles como el noviazgo de la joven con un primo de la Reina Sofía. Años después, la propia Mar se tomaba a risa ese montaje en el que ella había intervenido lo justo. Quizá tomarse la existencia sin dramatismos la ha salvado de no caer en depresión.
«Fue un estorbo»
Su relación con Cayetano Martínez de Irujo acabó como el rosario de la aurora en 1999. El duque de Arjona tuvo palabras muy duras, aseguró que estar con ella era lo peor que le había pasado y que debería haber hecho caso a su madre cuando le decía que la modelo no le gustaba: «Fue un estorbo del que me costó desprenderme».
Puede ser que la duquesa de Alba desconociera todo el apoyo que el jinete recibió de Flores en una situación complicada por sus adicciones, que él mismo revelaría en su libro de «Cayetana a Cayetano». Fueron tiempos duros donde a Mar siempre se la juzgaba pasara lo que pasara. Tiempo después de divorciarse fue capaz de explicar lo mal que lo había pasado porque no se esperaba que Javier Merino se quisiera divorciar: «Fue muy duro porque no fui yo la que tomé la decisión. Durante un tiempo me resultó complicado sonreír. Me caí y volví a empezar. Mi matrimonio era una apuesta que no salió».
Efectivamente, Merino fue su tabla de salvación en varias ocasiones. Comenzaron a salir cuando Mar aún no era un personaje de primera categoría. Rompieron, y años después, cuando la modelo tuvo que superar el escándalo que supuso su relación con Alessandro Lequio cuando aún estaba con Fernández Tapias, Merino estuvo para rescatarla. Siempre permaneció para reflotar su ánimo, muchas veces en bancarrota. Pero a pesar de las traiciones que también sufrió en su propia carne, ha tenido la capacidad de salir adelante. Padeció la ruptura empresarial y afectiva de Sofía Mazagatos y, más tarde, con Nuria González. Fueron íntimas y no volvieron a cruzarse ni una palabra aunque coincidieran en las fiestas. En una ocasión se rumoreó que un grupo de mujeres VIP la habían vetado. Mar Flores salió al paso y contaba con su mejor sonrisa que no le importaba: «No sé si me vetan o no, pero me da igual». De hecho, mientras circulaban estas historias, la modelo se encontraba en Nueva York y asistía como invitada a la cena de Gala del Instituto Reina Sofía, presidida por Su Majestad, y donde se entregaban las medallas de oro a Hilary Clinton y Antonio Banderas. Allí, compartió fiesta con Oscar de la Renta, Valentino, Michael Douglas, Kissinger y magnates y empresarios norteamericanos.
Feliz sola o acompañada
Mar Flores contaba a quien esto escribe su manera de actuar ante los imprevistos negativos como ha sucedido ahora y relataba recién divorciada como veía su futuro: «Me gustaría aclarar que las mujeres (y los hombres) podemos ser felices solas o acompañadas. Mi presente es muy claro y en mi pasado hay cosas buenísimas para recordar. Tengo una postura positiva pase lo que pase. Y sobre todo unos hijos preciosos, unos amigos fantásticos y una familia que me quiere». La mujer de las mil caras, ha tenido y tiene una lupa sobre su vida. Unos la consideran una traidora, otros una mujer a la que se le ataca quizá por envidia y un tercer grupo la bautizan como la gran superviviente de Usera, el barrio donde nació y del que salió para convertirse en modelo y triunfar.
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