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La crónica de Amilibia: Cuando Sánchez va y se aparece a Buenafuente

Cuentan las malas lenguas que Andreu ha podido superar el impacto sobrenatural sin daños cardíacos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con Andreu Buenafuente en Movistar+
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con Andreu Buenafuente en Movistar+TWITTER LATE MOTIVTWITTER LATE MOTIV

Con todo el cacao mental que tengo con el metaverso y la física cuántica, ya no sé si Él es puro plasma, ectoplasma, espectro, coco, alma en pena o sencillamente fantasma. En la oposición lo ven más como fantasmón, pero aún no se lo ha gritado Casado en el Congreso. El caso es que en la despedida de Andreu Buenafuente y su «Late Motiv», Pedro Sánchez se apareció en plasma mortal y sin previo aviso al presentador catalán y a sus telespectadores. Andreu, que ya no está para estos golpes emocionales, pasmos o sobrecogimientos, se emocionó tal que si se le hubiera aparecido Miquel Iceta bailando reguetón, Rufián en forma de Sant Jordi batiendo al dragón o Pere Aragonès en plena inmersión cantando un villancico en catalán a dúo con el niño de Canet del Mar.

Cuentan las malas lenguas que Andreu ha podido superar el impacto sobrenatural sin daños cardíacos, pero, eso sí, durante unos días permanecerá en cuarentena mística cual pastorcito de Fátima. Porque hay que tener en cuenta lo que Él le dijo desde el plasma: «Esto cuenta como asunto de Estado, ahora que has sido Premio Nacional de Televisión. Como cena de trabajo». Y más: «Quiero agradecerte que muchas noches me haya ido a la cama con una sonrisa». Difícilmente un corazón catalán escorado a la izquierda puede soportar tal revelación sin entrar en éxtasis, levitación o directamente en la UCI. Es admirable que Andreu se sobrepusiera con gran profesionalidad para responder con ironía: «Aunque estás hablando con un catalán, esto no cuenta como Mesa de Diálogo». Pierde, Vicente Vallés, toda esperanza de que el ectoplasma se te aparezca una noche. Los «poltergeist» solo son para los elegidos.