Opinión

La crónica Mariñas: Indigna que Marta Ortega cobre céntimos para ser más rica

«Es lo nunca visto, lo que nunca imaginó nadie ni en delirios. De ahí el desconcierto y el runrún censor»

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La noticia ha sorprendido y también les resulta inexplicable. No tiene justificación que Marta Ortega haya decidido ganar más millones, aunque está en su derecho, cobrando diez céntimos –menuda miseria– por cada bolsa que vende. No salen del asombro y la estupefacción. Se mesan los cabellos ante comportamiento tan sorprendente, pobretón y mezquino. Largan de todo lo que no es bonito. Parece increíble la supermillonaria subida de ganancias extras por esas bolsas, resulta lo nunca visto y pasará factura a plazo corto y largo. ¿Quién habrá engañado a la millonarísima empresa para semejante determinación? Está por ver, pero seguro que caerán cabezas porque no resulta admisible, lógico ni perdonable, dañar así una imagen como ésta, ejemplo de esfuerzo, entrega, dedicación y de dinero bien ganado. Eso no lo discute nadie como ahora hacen, y de qué forma tan despiadada, ante el nuevo y recaudador plan como ideado por alguien de otro planeta igualito que el cobrar por unas bolsas comerciales. Es lo nunca visto, lo que nunca imaginó nadie ni en delirios. De ahí el desconcierto, las fuertes críticas y descalificaciones, el runrún censor. En vista de las desagradable aunque esperadas consecuencias, acaso den marcha atrás y acaso hasta pidan disculpas. Aunque no lo creo porque sería reconocer la culpa. Menudo patinazo.

Mientras David Bustamante recurre al humor ironizando que «cuando quieran Paula y Miguel, encantado les cocino algo». Tira a matar en un comprensible desahogo que refleja más de lo que pretende. Su malestar salta a la vista, ¡qué poco inteligente! Por la boca muere el pez. Mientras, y por si fuera poco, Antonio David Flores y Marta Riesco ya admiten que viven juntos. Podemos dormir tranquilos, menudo peso nos hemos quitado de encima. Esta por ver lo que duran aunque imagino que será mucho, calentito y bien administrado con cabeza y dinerito abundante. Eso irá por capítulos porque tiene que durar y no dudo que los venderán bien. Hasta que inventen algo nuevo. Se nos agotó la capacidad de asombro.