Aniversario

Carmen Martínez Bordiú, el cumpleaños de la feliz reina destronada

A view Carmen Martinez Bordiu, granddaughter of late Spanish dictator Francisco Franco, after the exhumation at The Valle de los Caidos .
A view Carmen Martinez Bordiu, granddaughter of late Spanish dictator Francisco Franco, after the exhumation at The Valle de los Caidos .POOLREUTERS

Carmen Martínez Bordiú, Duquesa de Franco cumplió el 26 del presente mes 71 años. La nietísima pudo ser reina. La relación, con Alfonso de Borbón, que, en paralelo con su primo Juan Carlos de Borbón optaba al trono de España fue preparada, auspiciada y milimétricamente pensada por unos progenitores que querían perpetuar el apellido, abolengo y peso de un apellido, Franco que ha marcado parte de la historia de nuestro país y dividido a los españoles. Carmencita era la nieta favorita de Carmen Polo y aunque le procuraron una educación digna de princesa, Carmen siempre rompió moldes. La familia se opuso a relaciones anteriores de la joven Carmen y organizaron que Carmencita firmase nupcias con el heredero natural de los Borbones, Alfonso de Borbón. La historia, las circunstancias y las luchas internas entre los Borbones y la reinstauración de la monarquía tras el golpe de estado del abuelo de Carmen, sembraron una incertidumbre que se resolvió con la elección de Don Juan Carlos de Borbón, por encima de la legitimidad que otros reclamaban y que habría hecho príncipe a Alfonso de Borbón y princesa primero y luego reina a la nieta del dictador, Carmen Martinez Bordiú.

Carmen irradió, mostró y demostró modernidad, independencia y un talante que le alejaba del rancio abolengo, el protocolo y el peso de un apellido materno que respetó y defendió pero que nunca practicó. Rompió moldes separándose de Alfonso de Borbón tras 9 años de matrimonio y dos hijos. Carmen se marchó a París enamorada de Jean Marie Rossi, un anticuario divorciado con el que se casó en 1984 y tuvo a su tercera hija, Cinthya Rossi. Carmen fue repudiada por su familia, poco le importó y se lanzó a vivir una vida plasmada en papel cuché. Carmen ha mostrado elegancia, frescura y una ingenua naturalidad que exasperaba a la familia Franco. La vida le deparó trágicos episodios por la pérdida de su hijo Francisco y de su primer marido en terribles accidentes que marcaron una biografía digna de película. Carmen siempre ha sido un espíritu libre, una joven encerrada en un apellido y una edad que no corresponde a su DNI. Tras Jean Marie Rossi, Carmen vivió un idilio de 10 años con Roberto Federichi, un prestigioso arquitecto con el que viajó y disfrutó una vida llena de glamour. La vida de Carmen ha sido una continua montaña rusa de contrastes en las preferencias su caprichoso y libre corazón. Carmen se enamoró ciegamente de José Campos, un tipo de la calle, campechano, simpático y dicharachero con el que contrajo nupcias por tercera vez en 2006. Lo que mal empieza, mal acaba… la boda estuvo señalada por escándalos, rumores de deslealtades en la mismísima noche de bodas y rumores de una relación abierta que escandalizaba a los familiares que reivindicaban y practicaban el apellido Franco. Carmen, una proscrita que contaba con el cariño y apoyo de su madre, se vió sola cuando el primogénito, Francis, que había cambiado legalmente el orden de sus apellidos para perpetuar el apellido Franco, en una clara declaración de intenciones, ahogaba y dosificaba con extrema rigurosidad la inmensa fortuna amasada por el dictador. Carmen, incluso, pugnó judicialmente con su hermano mayor para reclamar el ducado de Franco, título nobiliario que ostenta. Señalada, apartada y denostada por su familia, Carmen siguió su vida. Vivió de las exclusivas que iban contando su vida por capítulos. La presencia en programas del corazón y los reportajes de su agitada vida social y sentimental, mantenían la economía de la nietísima. Tras la ruptura con José Campos en 2013, tuvo la fortuna de conocer a Luis Miguel Rodríguez, el dueño de Desguaces La Torre, un humilde pero inmensamente rico empresario que con abnegado y apasionado esfuerzo consiguió construir el desguace más grande del mundo. Carmen pisó la tierra, conoció y disfrutó de una vida desconocida. Quedó prendada de la naturalidad y simpatía de un tipo normal, espontaneo que no demostraba encorsetamiento ante lujos y apellidos de peso. Con Luis Miguel vivió una etapa que ella definió como la más feliz de su vida. Sin lujos, viajes de ensueño ni glamurosas fiestas pero sin las pesadillas de la irreal existencia del la superficialidad. Carmen declaró que Luis Miguel era el único hombre del que había estado enamorada. Habiendo estado casada en tres ocasiones y habiendo vivido otras relaciones, decía mucho de un tipo tan normal como el bueno de Luis Miguel. Básicamente le hacía reír y le daba una verdadera felicidad que nunca había experimentado. La relación se acabó pero Carmen ha seguido prendada y unida en la distancia a Luis Miguel, un hombre singular que conquistó y convenció al elitista entorno de la Duquesa de Franco. Carmen sigue acudiendo para pedir consejo y socorro en momentos de incertidumbre.

La vida de Carmen dio un cambio radical cuando se repartió parte de la inmensa fortuna devenida de la herencia del dictador. Poco antes había conocido a Timothy Mckeague un joven coach australiano, 35 años menor que ella con el que comparte su vida desde entonces. Carmen se retiró de la vida pública, dijo adiós a la revista Hola, con la intención de emprender una etapa de su vida, anónima y apartada de los focos mediático. Hace 3 años adquirió una propiedad en el parque natural de Cascais, a 30 kilómetros de Lisboa. Desde entonces Carmen disfruta de la tranquilidad del lugar, frente al mar atlántico y muy próximo a la preciosa localidad medieval de Sintra.

Aunque ha habido rumores de ruptura, parece que Carmen ha decidido que el sosiego es lo prioritario en su existencia y el joven le transmite esa tranquilidad que ansiaba. Carmen descansa tras una intensa y apasionada vida en la que considera que ha viajado, disfrutado y vivido lo que le correspondía. Los paseos por las montañas a la espalda de su extraordinaria mansión o en la orilla de la playa inmensa playa y acantilados frente a la privilegiada ubicación de su hogar, puntuales salidas para disfrutar de pequeños y discretos restaurantes o aprovechar la visita de amistades y sus hijos colman las expectativas de Carmen. Carmen Martínez Bordiú, duquesa de Franco y grande de España, ha sido dueña de su devenir ajena a críticas. Seguirá fiel a sus principios, siempre lo hizo.