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Vida personal

Julio Iglesias y sus contra memorias

El artista ha encontrado un vehículo de expresión en su redes. El libro de Hans Laguna podría haber sido el detonante

Julio Iglesias en una imagen de archivo Carlos GiustiAP

Desde hace un tiempo Julio Iglesias se ha convertido en un activista en sus redes sociales. Al principio, su cuenta se nutría de fotos promocionales relacionadas con su carrera profesional.

Poco a poco fueron apareciendo comentarios junto a imágenes más personales con dedicatoria a esos amigos que se fueron como Óscar de La Renta. A través de su «Instagram» cuenta cómo se encuentra, el lugar donde vive, desmiente su mal estado de salud y muestra sus ganas de volver a cantar con aforo público. Es su nexo de unión con el mundo exterior y con sus seguidores. Incluso llega a explicar el porqué de muchas letras de sus canciones y el momento íntimo en que se encontraba cuando las escribió o grabó.

De esta manera nos enteramos en las navidades pasadas que Miranda también cantaba, aunque en su caso lo hacía en la intimidad. Se trataba del villancinco «El Tamborilero». El matrimonio lo hizo en el mismo estudio donde, en el 2010, Julio Iglesias volvió a grabar los temas de más éxito de su carrera. También cuenta cómo lloró el doctor Iglesias Puga cuando le cantó por primera vez «Momentos», acompañado de la guitarra. Y una de las descripciones más emotivas que comparte en su cuenta tiene que ver con aquel verano de 1965 cuando afrontaba su recuperación y tenía que usar muletas. «La escribí justamente cuando lo imposible estaba acercándose a lo posible. La voluntad era mi compañera perfecta». Dicen los que le conocen que esta actividad tecnológica tiene que ver con una especie de aburrimiento general o de catarsis existencial. El añorado Alfredo Fraile, que fue su mano izquierda, derecha y todo, contaba que «Julio es hiperactivo. Cuando no tiene algo profesional en que centrar su día a día se agobia». Respecto a su estado físico, su gran amigo Ramón Arcusa (la mitad del Dúo Dinámico) lo dejó bien claro hace un mes cuando le preguntaron por ese asunto. «Hablé con él y está de p… madre». En realidad Julio Iglesias siempre ha tenido una excelente salud, porque se ha cuidado mucho. Desde hace años cuenta con la supervisión de su amigo doctor Valentín Fuster, director del instituto Cardiovascular del Hospital Monte Sinaí de Nueva York. Iglesias lleva siempre en su bolsillo un frasco con las pastillas recetadas por su amigo. No le importa enseñarlas cuando está con gente de confianza, «estas son mi salvación», suele decir señalando el bote. Y así nos lo mostró hace unos años a cuatro periodistas que cenábamos con él en el hotel Palace. Ahora con su Instagram maneja sus tiempos y lo más importante, da réplica a las memorias e historias que se publican sobre él. En uno de sus mensajes cuenta que está harto de «tantas y tantas, mentiras. tantas y tantas especulaciones sobre mi vida y pocos aciertos». En un largo párrafo va desgranado sus realidades que, a pesar de lo que dice, no coinciden con la realidad. Al menos las memorias que publicó en 1981 en una revista que se llamaba «Protagonistas del Grupo Zeta «y cuyo dueño era el empresario Antonio Asensio. En varios capítulos contaba su vida, en las que explicaba en la primera página la razón que le llevaba a sincerarse. Con ese sentido del humor, a veces ácido y otras tirando de ironía, hacía la siguiente dedicatoria: «A los que me quieren, para que me conozcan. Y a los que no me quieren, para que me odien», para a continuación aclarar que «esta es mi realidad, mi verdad y mi vida».

Julio Iglesias, con la camiseta del Real Madrid.Instagram Iker Casillas

La hemeroteca suele ser el baremo para medir la historia y, sobre todo, « para recordar el pasado que en su momento fue presente», según él mismo. Iglesias está escribiendo de nuevo pensamientos, vivencias que no tendrán por qué chocar con lo que mostró hace ya cuarenta y un años. En su mensaje de Instagram deja claro que «casi cada día, empiezo a escribir, cosas y más cosas.(…) han salido libros, y pequeñas historias que llegan a confundirme hasta a mi mismo». Y se pregunta el desmemoriado artista: «Tal vez os preguntéis porque yo mismo no escribo mi vida. No sé si es por vergüenza o por miedo, pero debo hacerlo ya». Hace tiempo que dejó de dar entrevistas y ahora, ha convertido su «Instagram» en el lugar donde contar sus sensaciones vividas, presentes e incluso, sus enfados. Puede ser que el desencadenante de querer repetir sus memorias haya sido por el libro «Hey, Julio Iglesias a la conquista de América», de Hans Laguna. Más que unas memorias, es un ensayo donde analiza la figura, su plan para conquistar un mercado el americano, su perfil de «latin lover» y la capacidad para crear una marca que después han imitado muchas estrellas. Puede ser casualidad que la publicación de Laguna coincida con ese interés en contar su verdad, cuando ya lo

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