Entrevista

La polémica vida de Joselito, “el pequeño ruiseñor”, será llevada al cine

“Me arrepiento de mi adicción a las drogas y de mi paso por prisión, confiesa

El cantante Joselito, en una imagen de archivo
El cantante Joselito, en una imagen de archivoLa RazonLa Razon

Volaba tan alto con su excepcional voz que le bautizaron como “El pequeño ruiseñor”. Joselito fue un niño prodigio que llegó a vender en Estados Unidos más discos que el mismísimo Elvis Presley. A punto de cumplir ochenta años, El cantante reside con su esposa Marife en la localidad valenciana de Utiel, ilusionado con el proyecto de llevar su apasionante vida al cine.

“Acabo de dar el pregón en Utiel y me han dedicado una calle, estoy orgulloso de recibir un homenaje tan importante en vida, y no esperar a que te mueras, es un gran honor que agradezco en el alma. Voy a cumplir ochenta años y de salud estoy muy bien, mi única enfermedad es que ya tengo muchos años.”

¿Duele la vejez?

Ni duele ni me asusta.

¿Cuando echa la vista al pasado se arrepiente de algo?

De mi etapa de adición a la drogas y mi paso por prisión. Mi único fallo fue caer en la drogadicción, pero, gracias a Dios, conseguí salir de ese infierno. Y la gente que me quiere, los fans, prefieren recordar mis méritos como artista que mis fallos como persona. Yo pagué bien pagado el error. Pero, dentro de mí, aquello es como una mancha que te marca de por vida. No podré olvidarlo nunca. Ni perdonarme. Hay que cargar con ello…

Me cuenta lo “ilusionado que me siento al saber que quieren hacer una película de mi vida, pero no puedo adelantar nada hasta que el proyecto se encuentre afianzado y el contrato firmado.”

Fue un niño millonario en dólares, pero le estafaron cruelmente y se quedó sin nada.

Hubo personas que me hicieron mucho mal, que se quedaron con mis ingresos, que eran muchísimos, llegué a ganar cinco mil dólares por actuación en Estados Unidos, y hacía cinco al día. Confié en las personas que me acompañaban en las giras, eran como unos padres para mi, y me engañaron. No desconfiaba de ellos y se aprovecharon de mi. Se quedaron prácticamente todo lo que ganaba. Me dejaron “pelado”.

¿Y ahora de que vive?

De mi pensión de jubilación. Bueno, también tengo alguna ayuda de AISGE y de la Sociedad General de Autores. Me da para vivir con dignidad. No he sido hombre de lujos, ni de comprarme coches de alta gama o derrochar, llevo una vida feliz en casa con mi mujer, Marife, disfruto de mis hijos y mis nietos…

Marife es un bálsamo en su vida.

Desde luego, totalmente, es el pilar de mi vida, y ojalá que sigamos juntos muchos años. Si me quedara solo me moriría de pena. Nos conocemos desde niños, ella tenia diez años y yo doce. Estuvimos un tiempo sin vernos, me casé con la hija de mi pianista y tuvimos dos hijos, soy abuelo de cuatro nietos, y por circunstancias de la vida, nos reencontramos y no nos hemos separado jamás. Llevamos cuarenta años casados. A Marife, que es una gran mujer, la quiere todo el mundo.

No han tenido hijos.

No. Y no es que los hayamos evitado, pero no han venido.

Se llegó a decir que fuiste mercenario en la guerra de Angola.

Eso es mentira. Por mi estatura no me habrían admitido como mercenario. Lo que sí que fui en Angola es cazador y tirador de precisión. Éramos un grupo de ocho y cazábamos para el ejercito o para propio beneficio.

¿Se fue tan lejos porque quería desaparecer.

Pasaba una mala etapa y me vino bien irme de España. Necesitaba desconectar. En Angola pasé los años más felices de mi vida. Y Marife lo sabe.

¿Sigue cantando, aunque sea en reuniones familiares?

No, porque es imposible mejorar al Joselito de sus mejores años. Ni tampoco me hace falta subirme a un escenario a estas alturas de mi vida. Yo no quiero morir sobre un escenario. Además, ahora pagan poco y mal.

¿Joselito tiene un sucesor?

No ha habido ningún niño con el éxito que to tuve. Salen en un programa de televisión y al poco tiempo ya no les conoce nadie. No hay niños prodigios con una voz excepcional como era la mía.