Movimiento
Baronesa Thyssen para siempre
La historia de Carmen Cervera revela por qué, más allá de pasaportes, el nombre Thyssen sigue siendo su verdadero legado
El llamado «Barón Thyssen», Heini para su más allegados, se llamaba en realidad Hans Heinrich Àgost Gábor Tasso barón von Thyssen-Bornemisza de Kászon et Impérfalva y contrajo matrimonio en 1985 con María del Carmen Rosario Soledad Cervera y Fernández de la Guerra, a quien se ha conocido sucesivamente como Tita Cervera o baronesa Carmen Thyssen.
Lo primero que hay que explicar son las particularidades de las denominaciones nobiliarias en Alemania después de la caída de la monarquía. Desde entonces ninguna persona cuya familia tenía título nobiliario puede decir yo soy el príncipe de… –en alemán fürst para el jefe de Casa o prinz para el resto–, duque de…–herzog en alemán–, o el conde de… –graf en alemán– o barón de… –freiherr en alemán–, etc. Se entiende que lo mismo sucede para las mujeres. Lo que se hace en Alemania es que el título –Fürst, Prinz, Herzog, Graf, Freiherr,…– se incluye legalmente como parte del apellido, dentro del mismo, de tal modo que así se recuerda que históricamente esa familia ostentó dicho título nobiliario.
En Austria, por ejemplo, donde también se abolieron los títulos nobiliarios al caer el Imperio Austro-Húngaro –por cierto, los Thyssen llevan el título de barón húngaro reconocido por el emperador Francisco José de Austria, que era también rey de Hungría– ni siquiera es posible incluir el título en el apellido al modo alemán. Así, por ejemplo, los archiduques de Austria, que son bastantes hoy en día, utilizan el apellido dinástico Habsburg, y no su título histórico de archiduques de Austria, príncipes de Hungría y de Bohemia. Por tanto, aunque socialmente se siguen utilizando los títulos en Alemania, como sucede igualmente en otras repúblicas como la francesa, la italiana o la portuguesa, su vida legal es nula en algunas y muy relativa entre los teutones, del modo en que he explicado.
La importancia de la coma
Por tanto, aunque conociéramos al barón Thyssen como tal, no era legalmente en Alemania Heinrich, barón Thyssen, sino Heinrich Freiherr Thyssen, y el resto de su largo apellido, siendo Freiherr la forma alemana de barón. Obsérvese la importancia de la coma. No es lo mismo firmar «Amadeo Rey» que «Amadeo, Rey». El segundo podría ser Amadeo de Saboya, efímero Rey de España. La última esposa del barón, de quien se ha dicho que ha renunciado a su título no puede hacer tal cosa simplemente porque en realidad nadie en Alemania puede usar legalmente sus títulos, sino que deben incluirlos en su propio apellido. Se me dirá: pero ella tuvo nacionalidad suiza hasta su renuncia a la misma. Más a mi favor. En la Confederación Helvética no se usan los títulos y, es más, no se conceden condecoraciones. Carmen era Thyssen-Bornemisza en Suiza y el título de baronesa era una reminiscencia de la nobleza alemana y húngara de la que provenía su marido. Ahora, seguirá siendo Thyssen-Bornemisza, con la nacionalidad andorrana que ha adoptado, y se le seguirá dando el título de cortesía de baronesa, aunque ya he explicado el valor legal que tienen esos títulos nobiliarios en países donde ya no hay monarquía. El hecho de que no se haya vuelto a casar le permite mantener el apellido de su difunto esposo. Por otra parte, su extraordinaria labor manteniendo el legado coleccionista de su marido y su conversión ella misma en gran coleccionista la ligan eternamente a esas siete letras: Thyssen. Y, por cierto, me parece fantástico que use el título de baronesa.