Declaraciones
Bertín Osborne renuncia de nuevo a ejercer de padre del hijo de Gabriela Guillén: "Me parece una putada"
El presentador se sincera como nunca sobre las razones por las que no está dispuesto a "cambiar pañales" o a dar paseos por el parque con su hijo
El asunto de la paternidad de Bertín Osborne sobre el hijo de Gabriela Guillén sigue trayendo cola. En una entrevista inicial, el presentador aseguró que no tenía intención alguna de ejercer como padre de la criatura, unas polémicas afirmaciones de las que más tarde se retractó y por las que pidió perdón.
En los últimos meses se han dado algunos pasos que daban a entender que se estaba implicando más como padre, e incluso él mismo reconoció que había conocido al pequeño y que jugaba con él de vez en cuando.
Una historia idílica que Gabriela Guillén desmintió rotundamente, indicando que Osborne tan solo había visto a su hijo una vez, calificándole con “un cero” como padre. Tras este nuevo ataque público, Bertín Osborne ha dado la cara y ha explicado como nunca antes las razones por las que no quiere ejercer de padre, una apatía que, sin embargo, no implica que se vaya a desentender del pequeño.
Bertín Osborne no quiere ejercer de padre
“Yo no he hecho nunca nada que no le haya dicho que iba a hacer”, comienza diciendo Osborne ante las cámaras de “Europa Press” sobre las expectativas que Gabriela Guillén podía depositar en él como padre. Asegura que avisó a la esteticista de que “a estas alturas no tengo vocación de padre” cuando se quedó embarazada. Bajo su punto de vista, sería toda “una putada” que se implicara como padre y que el niño “perdiera a su padre cuando no haya hecho ni la mili”. De sus palabras se entiende que prefiere alejarse para ahorrarle dolor en el futuro.
El artista insiste en que no es “mi momento” de ejercer de padre de nuevo, y aunque no vaya a dar paseos por el parque con su hijo o a recogerlo de la guardería, recalca que no se desentenderá del todo: “Intentaré que le vaya bien, que vaya a colegios buenos. Todo eso lo haré y lo ayudaré, pero no me voy a poner a cambiar pañales a estas alturas de mi vida porque ya ha pasado. Eso me pasó ya”.
A Osborne le sorprende que Gabriela Guillén ponga el grito en el cielo por una actitud sobre la que ya estaba avisada “mucho antes de que el niño naciera”: “Esto no es una cosa nueva. Yo se lo dije. Se lo dije”.
Por último, responde al cero que Guillén le puso como padre: “Si ella cree que es un cero, pues seré un cero. Si preguntas a mis hijas, probablemente te dirán otro”. Efectivamente, una de sus hijas, Eugenia, le calificó con un notable alto, “un siete y medio”.