Queda poco más de cuatro meses para que Tamara Falcó e Íñigo Onieva se den el “sí, quiero” después de haberse reconciliado, y la marquesa de Griñón ya está inmersa en los preparativos de la boda. Desde que se anunció que la pareja se daba una segunda oportunidad, los rumores que apuntan a ciertas tensiones familiares no han parado de sonar, especialmente los referidos a la relación entre las dos suegras: Isabel Preysler y Carolina Molas. “Todo está bien, gracias”, se limitó a decir el empresario, insinuando así que no hay nada de cierto en las habladurías.

Sin embargo, los hechos hablan por sí mismos, y llama poderosamente la atención que la “Reina de corazones” haya sido la gran ausente en una importante reunión familiar que se ha producido en Bilbao. Tamara Falcó ha viajado hasta el País Vasco para visitar el atelier de Sophie et Voilà, la firma que diseñará su vestido de novia, y la han acompañado Íñigo Onieva y su suegra, Carolina Molas. Destaca que Isabel Preysler no haya hecho lo propio, teniendo en cuenta que las madres suelen estar presentes en los preparativos de algo tan especial como puede ser el traje con el que su hija contraerá matrimonio.

Después, los tres juntos celebraron el cumpleaños de Carolina Molas en el restaurante Azurmendi, propiedad del chef Eneko Atxa, que cuenta con tres estrellas Michelín. Allí degustaron los platos de alta cocina y compartieron una sobremesa de lo más animada, a juzgar por las imágenes que se han hecho públicas, pero, una vez más, ni rastro de Isabel Preysler.

Llegados a este punto, cabe recordar que la socialité se mostró de lo más dura con Onieva cuando se dio a conocer que había sido infiel a su hija Tami en un festival de música de Estados Unidos, y esta podría ser la razón por la que Molas y ella no terminan de entenderse. ¿Habrá paz el día de la boda?