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Manutención

Javier Ungría rompe su silencio en plena batalla judicial con Elena Tablada

El empresario explica que "estaba pagando más de lo que se me había fijado como pensión"

Javier Ungría, en Ibiza Gtres

En medio del torbellino judicial que desde hace meses lo enfrenta con su exmujer, Elena Tablada, el empresario Javier Ungría ha vuelto a pronunciarse con serenidad y mesura. A pesar de haber ganado "una de las pequeñas batallitas" en su contienda legal por la pensión alimenticia de su hija, Ungría ha dejado claro que no hay motivos para el festejo. "Sabía que ella iba a recurrir", confiesa en una reciente entrevista para El Español, donde adopta un tono pausado, casi filosófico, sobre la situación que atraviesa.

La demanda de Tablada, presentada con carácter retroactivo, solicitaba el abono de una pensión correspondiente al periodo 2022-2024. Sin embargo, la jueza falló a favor de Ungría, considerando que él ya había estado cumpliendo con sus obligaciones económicas más allá de lo estipulado. "Estaba pagando más de lo que se me había fijado como pensión", explicó, subrayando que no considera justo lo que se le reclamaba.

Desgaste emocional

A pesar del fallo favorable, el empresario no oculta el desgaste emocional del proceso. "Deseo que esto acabe pronto. Está siendo largo e incómodo para todos", admite. Su actitud, sin embargo, dista de ser combativa: habla con respeto de su pasado con Tablada, recordando que fueron siete años juntos y que de esa historia nació su hija. "No fue el típico matrimonio de seis meses. Hubo momentos buenos, otros no tanto. Pero no me arrepiento de nada", declara, con un matiz de nostalgia contenida.

Elena Tablada junto a su marido, Javier Ungría y su hija Ellalarazon

Ungría defiende con firmeza que jamás ha dejado de asumir sus responsabilidades. "Hay una tendencia a pedir sin límites, aunque no sea razonable. Pero yo nunca he faltado a lo que me corresponde", sentencia, dejando entrever que detrás de su postura hay un compromiso sólido con su papel como padre.

Como colofón, lanza una reflexión que apunta al corazón de este conflicto mediático: la protección de su hija. "Dentro de nada va a leer, va a escuchar y le van a contar. Hay que tener cuidado con lo que se dice públicamente", advierte sin dramatismos pero con conciencia clara de las consecuencias.

En un momento donde los litigios sentimentales suelen transformarse en espectáculos, Javier Ungría elige la templanza y la discreción. Una actitud que, en medio del ruido, resuena con madurez.