
Va a 'El Hormiguero'
Luis Zahera: el actor que fue pintor o albañil en Nueva York y que se arrepiente de no formar una familia
Se declara adicto al trabajo, lo que le ha hecho descuidar su faceta personal. Siempre ha querido tener hijos, pero no ha podido

Este martes ‘El Hormiguero’ invita a divertirse a Luis Zahera y a Karra Elejalde. El dúo de actores está de promoción de su nuevo trabajo en común, la película ‘Tierra de nadie’, de Albert Pintó, que dará el salto a los cines el próximo 24 de marzo. El novio de la presentadora María Verdoy ha confiado su último proyecto, el cual llevó al Festival de Málaga hace solo unos días, a dos de los actores más polifacéticos de nuestro país. Y es que, en el caso de Zahera, antes de triunfar en el mundo de la actuación ha tenido trabajos de los más dispares que le han llevado a distintos rincones del mundo.
Luis es de esos profesionales de la interpretación a los que la fama y el reconocimiento les llegó tarde, aunque ha participado en 80 proyectos en el cine, el teatro y la televisión. Es un rostro habitual ya para el público, siendo reconocido por sus papeles fuertes en los que se mete en la piel de personas con oscuras intenciones. Se le ve genial en el papel de malo. Quizá porque ha conocido lo mejor y lo peor del ser humano a lo largo de un sinfín de profesiones muy distintas a las que ha tenido que recurrir hasta que la fama le llegó.

Luis Zahera y sus mil y una profesiones
Se crio en un ambiente muy religioso, de ahí que desde pequeño ejerciese de monaguillo en la parroquia de su pueblo. Además, cantaba en el coro durante las misas, con lo que perdió el posible miedo escénico desde muy joven. Tan cómo se encontraba en estos ambientes que incluso estuvo replanteándose la posibilidad de ser cura, pero pronto sintió la llamada de los escenarios. El actor comenzó a sentir la llamada de los escenarios a los 16 años gracias a que fue a ver una obra de teatro con su hermana.
Desde entonces siempre quiso triunfar como intérprete, aunque es un mundo muy complicado debido a la alta competencia y los grandes sacrificios que implica. Su debut en el cine le llegó en 1987 con ‘Divinas palabras’. Aun así, sentía cierta animadversión hacia los castings y cómo se sentía en ellos, de ahí que se replantease un giro en su vida que le llevó a hacer las maletas e instalarse en Nueva York.
Al ver que se le dificultaba su sueño y que debía nutrir su cuenta corriente con el trabajo como pintor, en 1992 decidió darle un giro a su vida y mudarse a la Gran Manzana. Aquí tuvo que sobrevivir como buenamente pudo, obteniendo un primer trabajo en el ropero de un exclusivo restaurante italiano. También estuvo trabajando en las obras en las Torres Gemelas, pero pronto se cansó de llenar las horas con trabajos que no le llenaban el alma y regresó a España. Lo hacía con la firme intención de volver a triunfar.

Se instaló en su Galicia natal para trabajar en el Teatro do Aquí, hasta que un casting dio sus frutos y consiguió un papel destacado en ‘Pratos combinados’, una serie de la televisión gallega. Esto le abonó el terreno para conseguir cada vez más papeles, pero el que más ayudó a triunfar en su región fue ‘Mareas Vivas’, lo que le hizo ganarse un hueco en los hogares del público gallego. No tardó mucho en dar el salto a proyectos nacionales, como ser uno de los capos en ‘Sin tetas no hay paraíso’, o ‘Entrevías’, series de televisión donde daba vida a malos que se ganaron el cariño del público. Podría quedarse encasillado, pero prefiere tener trabajo de los suyo que regresar a una labor que no le reconforta.
Sus padres, su hermana... sin parejas ni hijos
Luis Zahera no es muy dado a hablar en público sobre su vida personal. Algunas pistas han dado, como por ejemplo que su padre era Guardia Civil o que su vida ha sido humilde y austera, pero que jamás le ha faltado el cariño de los suyos. También ha hablado de su hermana Ángeles, que fue quien le llevó a ver la obra ‘Angelina en el umbral del cielo’ que despertó su pasión por el teatro. Dice que llegó a casa tras la función diciendo que quería ser actor y que su madre se reía por su propósito, aunque le apoyó en su empeño.
Su madre murió antes de verlo triunfar, algo de lo que siempre se ha lamentado. También del hecho de no haber dado el paso de convertirse en padre. No se le han conocido parejas oficiales, quizá por eso que dice tener “adicción al trabajo”, como así reconoció a LA RAZÓN. Su pasión por la interpretación le ha hecho aparcar otras facetas de su vida y ahora se arrepiente un poco no solo de no haber formado una familia, sino también de llegar a casa y sentirse solo en ocasiones: “Me digo ‘hostia, todo esto para al final vivirlo solo”.
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