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María José Campanario desvela que la expulsaron de la universidad: "Me rompí. Lo destrozaron sin piedad"

La esposa de Jesulín de Ubrique confiesa por primera vez la carrera de obstáculos que tuvo que sortear, a pesar de sus buenas notas, para poder terminar sus estudios en Odontología

María José Campanario en sus redes sociales
María José Campanario en sus redes socialesInstagram

Tras años alejada de la opinión pública, María José Campanario viene dando desde hace meses significativos pasos en lo que parece una suerte de reconciliación con la vida mediática. Después de que su popular marido, Jesulín de Ubrique, pasara por “MasterChef Celebrity”, la odontóloga levantó el veto a sus redes sociales -anteriormente restringidas solo a sus más allegados- y ya suma la cifra de más de 60.000 seguidores en su cuenta de Instagram.

Su perfil se ha convertido en su principal canal de comunicación con medios y seguidores, con quienes en las últimas horas ha querido compartir algunos detalles sobre sus méritos académicos y profesionales. Campanario ha dejado claro que es odontóloga en España y “médica dental” en Portugal, puesto que en el país vecino se trata de una carrera diferente. “Si no ejerces no eres nada”, ha respondido una de sus seguidoras, un comentario que no ha sentado nada bien a la aludida.

“Tengo muy pocos comentarios de ese tipo y la verdad es que debo estar agradecida a todos los que me seguís, porque ese comentario es 1 entre 10000. La realidad a día de hoy es que no me afectan en absoluto, pero creo que es importante denunciar ese tipo de mensajes tan feos, porque a otras personas, sobre todo a las mujeres, se les puede hacer muchísimo daño. (...) Resumiendo, que hay mucho gilipollas”, ha comenzado diciendo Campanario, que también ha aprovechado para hacer un repaso de su vida previa a Jesulín de Ubrique y de cómo ha seguido trabajando después de su matrimonio con el célebre torero.

María José Campanario
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“Esto lo voy a contar porque me apetece. Estudié Anatomía Patológica mientras trabajaba de camarera y dando clases de inglés a niños pequeños en Castellón y después me fui a trabajar al Hospital Universitario de Bruselas. Allí aprendí a hablar francés… Volví y, al poco tiempo, me contrataron para montar el laboratorio en El Hospital de la Plana, siendo yo la más joven de un equipo con cuatro técnicos de laboratorio más”, relata.

La odontóloga continúa: “Después conocía Jesús y seguí trabajando hasta última hora antes de irme a vivir con él y casarnos. Y nunca dejé de trabajar, tanto en casa como con otro tipo de gestiones que he llevado durante muchísimo tiempo. En 2010, con dos hijos, empecé a estudiar Odontología, en Madrid. Estudié muchísimo para tener unas notas buenas porque soy una persona muy exigente conmigo misma”.

Expulsada de la universidad de Madrid

Pero pese a sus buenas calificaciones, el centro cuyo nombre Campanario prefiere no desvelar tomó la decisión de expulsarla, probablemente por la exposición mediática que por aquel entonces sufría la mujer de Jesulín de Ubrique: “Pasó el verano del primer curso y me hicieron ir a Madrid, a ocho días de empezar el curso, para decirme que tenían una norma que les permitía no renovarme la matrícula a pesar de haber acabado el primer año con unas notas buenísimas”.

Fue un momento muy duro para María José Campanario, que no entendía las razones de su expulsión: “Me rompí, me rompí mucho cuando me hicieron aquello. Yo solo quería estudiar, había hecho buenos amigos y de la noche a la mañana, me lo arrebataron. Cuando todo estaba perfecto, lo destrozaron sin piedad alguna”.

María José Campanario
María José CampanarioGtres

Entonces, tomó la decisión de probar suerte en una universidad en Portugal, país en el que gozaba de un anhelado anonimato y que le permitiría satisfacer sus necesidades de conocimiento sin limitarla. No fueron años fáciles para ella, puesto que tuvo que pasar mucho tiempo alejada de los suyos para poder estudiar en el país luso: "A pesar de caérseme el pelo, de los viajes tan largos y tantos días que tuve que estar sin mi familia, ¡sin mis hijos!, de los dolores, del agotamiento más grande, terminé mi carrera de Medicina Dentària (se escribe así en portugués), también con muy buenas calificaciones. Me dejé la piel".