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La "novia de Italia": Claudia Cardinale, el mito mediterráneo que conquistó el cine europeo

De un concurso de belleza en Túnez a los grandes clásicos de Visconti y Fellini, la actriz forjó una carrera marcada por la resiliencia, la sensualidad y un compromiso inquebrantable con la independencia femenina

Claudia Cardinale
Claudia Cardinalelarazon

Claudia Cardinale no nació para el cine, pero el cine acabó reclamándola. Su historia, que parece escrita con el guion de una epopeya mediterránea, arranca en La Goulette, un barrio portuario de Túnez donde vino al mundo en 1938. Hija de sicilianos en tierra de mestizaje, creció entre idiomas y culturas que le dieron un aire cosmopolita y, sin saberlo, la prepararon para convertirse en uno de los rostros más internacionales del cine europeo.

Su destino cambió a los 18 años, cuando ganó el concurso "La chica italiana más bella de Túnez". El premio, un viaje al Festival de Cine de Venecia, la colocó de improviso frente a productores que supieron ver en su timidez una fuerza magnética. Cardinale confesó años después que ser actriz no estaba en sus planes, pero aquella casualidad la lanzó a una trayectoria que se extendería por más de seis décadas y más de cien películas.

Violación a los 18

Detrás del fulgor cinematográfico hubo también sombras. A los 18 años vivió un embarazo fruto de una violación, un episodio que mantuvo oculto para proteger su carrera. Su hijo Patrick fue criado por sus padres y presentado públicamente como su hermano pequeño. Décadas después, Cardinale se atrevió a contarlo con serenidad, demostrando que su vida personal estuvo marcada tanto por el dolor como por la fortaleza.

ONCE UPON A TIME IN THE WEST, Claudia Cardinale
ONCE UPON A TIME IN THE WEST, Claudia CardinaleGTRES

Su entrada en el cine fue gradual, con pequeños papeles en "Goha" (1958) y "I soliti ignoti" (1958), hasta que Luchino Visconti la eligió para "Rocco y sus hermanos" (1960). Allí, interpretando a una prostituta en el Milán obrero, reveló un talento que rompía con el cliché de la belleza exótica. Poco después, "La ragazza con la valigia" la convirtió en la "novia de Italia", un título que resumía su mezcla de candidez y determinación.

El año 1963 consolidó su mito: fue Angelica en "El Gatopardo", donde sedujo a Burt Lancaster en el inolvidable vals filmado por Visconti, y musa en "8½" de Fellini, donde su voz grave -antes considerada un defecto- se convirtió en sello de autenticidad. Ese mismo año dio el salto a Hollywood con "La pantera rosa", confirmando que su magnetismo trascendía idiomas y fronteras.

 Italian actress Claudia Cardinale
Italian actress Claudia CardinaleJENS KALAENEAgencia EFE

Cardinale rechazó contratos exclusivos en Estados Unidos para mantener su libertad artística. Esa decisión la llevó a títulos tan dispares como el western épico "Hasta que llegó su hora" de Sergio Leone o la desbordante "Fitzcarraldo" de Werner Herzog. Siempre apostó por personajes femeninos fuertes, complejos y alejados del simple estereotipo de belleza.

Su vida personal también reflejó esa búsqueda de independencia. Tras separarse del productor Franco Cristaldi -quien durante años controló su carrera- inició una nueva etapa junto al director Pasquale Squitieri, con quien compartió proyectos y tuvo a su hija Claudia. “Éramos dos almas salvajes”, confesó al recordar una relación marcada por la complicidad creativa.

Reconocida con premios honoríficos en Venecia, Berlín y por la Academia de Cine Europeo, Cardinale es hoy un símbolo de resistencia cultural y feminista. Embajadora de la UNESCO para los derechos de las mujeres desde 2000, ha reivindicado siempre su libertad frente a un sistema que pretendió moldearla.

Claudia Cardinale no fue solo la “novia de Italia”. Fue —y sigue siendo— el rostro de un cine que trascendió la pantalla, recordándonos que la belleza más duradera es la de quienes convierten las heridas en fuerza y los papeles en eternidad.