De muy buen ver

Nuria Roca se somete a una operación con la que gana calidad de vida

La presentadora se ha pensado mucho ponerse en manos de cirujanos para solucionar un mal que llevaba arrastrando años. No podría estar más feliz

Nuria Roca en una imagen de archivo
Nuria Roca en una imagen de archivoGtres

Nuria Roca se siente ahora una mujer renacida y define su actual situación con la palabra libertad. Y no es que haya roto su matrimonio con Juan del Val o haya tenido cambios en su faceta profesional. Este sentimiento positivo le embarga después de haberse puesto en manos de profesionales para solucionar un problema de salud. Una cirugía que le ha aportado una mayor calidad de vida, que le ha devuelto comodidad y también autoestima.

Puede parecer una exageración, pero para la presentadora no lo es y muchos que tienen problemas oculares pueden comprender su punto de vista. Nunca mejor dicho. Después de haberse sometido a una intervención para solucionar la presbicia, se arrepiente de no haber tomado la decisión antes, pues cree que su vida ha mejorado de manera considerable. Así ha logrado la presentadora valenciana aparcar las gafas de ver.

Nuria Roca con blazer blanca.
Nuria Roca con blazer blanca.Gtres

Nuria Roca se opera la vista y gana calidad de vida

La presbicia es un problema ocular que suele ser más habitual cuando se atraviesa la barrera de la cuarentena. Cuando se van acumulando los años y la experiencia, la vista se va resintiendo y cada vez es más complicado ver con claridad los objetos de cerca. A esto es precisamente a lo que ha puesto jaque Nuria Roca al ponerse en manos de profesionales, como así ha querido dar a conocer ella misma.

“Poder olvidarte de las gafas cambia completamente tu forma de afrontar el día. Me paso muchas horas leyendo guiones, libros, teleprompters… No ha sido una cuestión estética, es también práctica y emocional. Por eso he decidido dar un paso adelante, decir hasta la vista, mala vista y empezar a disfrutar de una mejor calidad de vida”, asegura la mujer de Juan del Val a través de sus redes sociales, donde ha querido animar a otras personas con su mismo mal a poner remedio, pues su experiencia no ha podido ser más positiva y el resultado le ha devuelto una calidad de vida que pensaba perdida.

“No me decidí antes porque me daba respeto, miedo incluso, tocar el ojo. Pero cada vez veía peor y era excesivamente dependiente de las gafas. Y mira que al principio me gustaba llevarlas, pero se convirtieron en una esclavitud”, reconoce. Es por eso que acudió a las Clínicas Baviera y se puso en manos de la doctora Clara Martín. Se operó un lunes y al miércoles siguiente ya estaba recuperada, en el trabajo como si tal cosa. ¿Las gafas? Aparcadas en un cajón.

Y es que ha llegado un momento en su vida, a sus 53 años, que valora la vida desde una perspectiva diferente, sabiendo que lo bueno bien podría estar cerca de acabar, lo que le hace tener cada vez más ansias de disfrutar de los pequeños placeres que le ofrece la vida. Y son muchos y demasiado valiosos como para no verlos venir o, como en su caso por culpa de la presbicia, demasiado cercanos como para tenerlos en cuenta con claridad. Ahora que las gafas ya no son un complemento obligatorio y ha podido decirle “hasta la vista a la mala vista”, Nuria Roca se siente una mujer renovada, más feliz, más plena y, sobre todo, más atenta a los detalles de todo lo que le rodea.