
Galardones
Premios Forbes Best Content Creators: los influencers reclaman su lugar en la industria
"Dicen que no hacemos nada, pero nadie gana dinero por no hacer nada", defiende a LA RAZÓN la creadora de contenido Marina Rivers

Algunos no llegan a los 30 años y son más influyentes que muchos diputados del Congreso, por no hablar de la fortuna que han amasado a base de publicar recetas de cocina o consejos de estilo. Los influencers han llegado no solo para quedarse, sino para dominar la escena comunicativa y publicitaria, erigiéndose como figuras clave del nuevo entorno digital. Sin embargo, sus trabajos siguen siendo cuestionados o infravalorados por parte de la ciudadanía, que reduce su oficio a «subir un par de fotos al día».
Con el objetivo de reconocer su labor nacieron los premios Forbes Best Content Creators, que ayer celebraron su cuarta edición en el imponente palacio de los marqueses de Amboage, la actual sede de la Embajada de Italia en España. «Buscamos consolidar un nuevo negocio que ha transformado el mundo de los medios, ponerle orden, descubrir nuevos talentos y dar seguridad a los patrocinadores y las marcas que están invirtiendo su dinero en formatos y en personas solventes», explica a LA RAZÓN Andrés Rodríguez, editor y director de Forbes España.
Para Rodríguez, es importante consolidar al influencer como profesional y derribar mitos y estigmas que pesan sobre un sector que, solo en España, facturó más de 125 millones de euros el año pasado. «La figura del creador de contenido todavía tiene que demostrar su autoridad, ya que los medios legítimos los consideran unos advenedizos y les miran de reojo, con cierta envidia profesional por su nivel de facturación, sin entender cómo trabajar en estos nuevos canales», insiste, en su convicción de que estos jóvenes talentos son un motor económico para el país.

Por la alfombra roja del palacio desfilaron los rostros más destacados de las redes sociales, como Nil Ojeda, Dulceida, Marta Pombo, Rocío Osorno, María Martín de Pozuelo, María García de Jaime, Tomás Páramo, Ceciarmy, DjMariio, Roro, Verdeliss, Vyperr, Misho Amoli, Anna Padilla, Peldanyos o Xuso Jones, presentador de la gala. Todos ellos figuran en la última lista Forbes dedicada a los creadores de contenidos más destacados del año, y para algunos, la noche terminó con sabor a victoria tras recoger su galardón sobre el escenario.





Entre los premiados se encontraban Marta Pombo, en la categoría de Best Inspiring Woman Creator; el misterioso encapuchado Ceciarmy, como Best Changemaker Creator; Sergio Peldanyos, declarado Best Foodie Content Creator; o Verdeliss, en calidad de Best Social Impact Content Creator. También Diego Nister, encumbrado a la cima de mejores tiktokeros, y Nil Ojeda, el mejor creador contenido del año según Forbes, cuyo premio entregó la influencer y colaboradora de televisión Marina Rivers.
«Es un trabajo más»
Con más de siete millones de seguidores en TikTok y estudiante de Derecho y Economía, basta charlar con Rivers unos segundos para desmontar la idea de que los influencers son una cara bonita con la cabeza vacía. «Es necesario que se nos acepte y convivamos todos, que no haya esa envidia mala. Dicen que no hacemos nada, pero nadie gana dinero por no hacer nada. Es verdad que somos unos privilegiados, pero hacemos un entretenimiento libre que todo el mundo puede hacer. Si no gustamos, pues que tampoco nos insulten», comentó a este diario la creadora de contenido, que con solo 21 años ha podido comprar su casa de tres plantas en Madrid.
Rivers lamenta que tiene que defender su trabajo y reafirmarse como profesional «constantemente», llegando incluso a sentir «vergüenza» por decir lo que hace: «Cuando dices que eres influencer, enseguida la gente piensa que no haces nada». Para ella, el suyo «es un trabajo más» que forma parte del mercado publicitario y de la industria del entretenimiento: «es igual de válido que la música, el cine, las series... Es contenido que se consume y que ayuda a desconectar del día a día, que es muy importante. Así que, que cada uno consuma lo que quiera».
Eso sí, pese a que se trata de un trabajo con una cara muy atractiva, las contraprestaciones se pagan caro y a nivel personal, una de las razones por las que Marina Rivers no se plantea ser creadora de contenido para toda la vida. Su futuro está alejado de los aros de luz y de las feroces críticas de Internet. «Espero no ser influencer muchos más años porque el ‘‘hate’’ (odio) es bastante fuerte. Dentro de unos años me apetece estar en mi casa tranquila. La verdad es que me veo más de abogada, pero nunca se sabe, porque la vida da muchas vueltas... Supongo que algún día la gente me dejará de seguir y les daré igual». De momento, todos los focos se dirigen a ella.
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