Concierto
Raphael, arropado por su familia en su cita más especial en Madrid: "Una noche preciosa"
El cantante ofreció este sábado un doble concierto en pleno preludio navideño, un regreso muy esperado por su público
Después del homenaje que recibió en Las Vegas, Raphael ha vuelto a lo que mejor sabe hacer: ocupar un escenario como si le perteneciera desde el principio de los tiempos. Esta vez, el artista recaló en Madrid para ofrecer un doble concierto en pleno preludio navideño, un regreso muy esperado por un público que le sigue con la misma devoción que cuando irrumpió en la música hace décadas. El Movistar Arena se convirtió en punto de encuentro para sus incondicionales, pero también para su propia familia, que una vez más ejerció de clán férreamente unido.
Entre los asistentes destacaron sus hijos, Manuel y Alejandra Martos, que no quisieron perderse la cita y que se movían entre bambalinas con la naturalidad de quienes han crecido al ritmo de los éxitos del cantante. Y, en un gesto que confirma que la tradición musical ya va por la tercera generación, los nietos de Raphael también se sumaron al concierto. Allí estaban, felices, viviendo la noche como si fueran simples fans, aunque todos saben que para ellos la emoción tiene un matiz distinto: su abuelo es la estrella.
Antes de entrar al recinto, el ambiente entre padres e hijos era casi de merienda familiar, con charlas relajadas, risas y esa complicidad que ha caracterizado siempre al clan Martos-Figueroa. Esa unión, tan comentada a lo largo de los años, volvió a quedar a la vista, demostrando que la cercanía que han tenido los hijos de Raphael se ha trasladado con naturalidad a los nietos.
Manuel Martos, que estos días vuelve a ocupar titulares por la nueva etapa sentimental de su exmujer, Amelia Bono, eligió mantenerse al margen de ese capítulo y centrarse en lo que realmente le importaba esa noche: su padre. Ante las cámaras se limitó a elogiar al artista como solo un hijo orgulloso puede hacerlo. “Una noche preciosa y él con muchas ganas, como siempre”, señaló, dejando claro que la energía de Raphael no conoce de temporadas bajas. Poco después insistió: su padre sube al escenario “con muchísima fuerza, con toda”. Y, sabiendo lo que les esperaba, añadió con entusiasmo: “Con muchas ganas, con la familia, va a ser una noche preciosa”.
Ya dentro del pabellón, otra presencia discreta pero esencial completó el círculo familiar: Natalia Figueroa. La escritora, compañera de Raphael desde hace medio siglo, optó de nuevo por la serenidad que le caracteriza. Entre el público, casi inadvertida, disfrutó del concierto con esa elegancia tranquila que siempre la ha acompañado. Ella, que ha sido el ancla silenciosa del cantante durante tantos años, volvió a estar allí, sumándose a una noche que su marido convirtió en celebración familiar, recuerdo generacional y espectáculo a la altura de su leyenda.