Entrevista

Valeria Ros: «La conciliación es un invento de la sociedad»

La humorista vasca, madre de una niña de cuatro años, pone el toque de humor a «Tu cara me suena» (Antena 3) y triunfa con la gira de «Funkin Diva»

La presentadora Valeria Ros
La presentadora Valeria RosGtres

«Mi comedia se basa en mostrar la realidad sin filtros, mostrando mis debilidades. Soy vulnerable y hay cosas que no me cuadran y no tengo miedo de decirlo en alto. El compartirlo hace que se convierta en gracioso, Me gusta reírme de mí misma». Así es como Valeria Ros (Getxo, 1986) ha conseguido escalar a cómica de referencia. Ella es humana, que cantaría Chenoa, una de las que la juzga cada semana en «Tu cara me suena», el concurso de imitaciones de Antena 3. Mientras sale de la zona de confort emulando a Becky G o al osito Gummibär, la colaboradora de «Zapeando» y «La Resistencia» sigue de gira por España con «Fuckin Diva», «un show donde muestro cómo vive una madre soltera el éxito televisivo y la fama». O sea, su vida misma.

Cuando la llamaron para participar en «Tu cara me suena, ¿era consciente de dónde se metía o se ha ido dando cuenta ya en faena?

Me hizo mucha ilusión y, a la vez que generaba miedo por no estar a la altura, me refugiaba en la idea de que iba como perfil cómico. Es muy exigente porque para hacer comedia tienes que tener una base de aprendizaje del número, así que es doble responsabilidad.

Dice que da el toque de humor al concurso. ¿Qué le está aportando este formato, repleto de talentazos?

Salir de la zona de confort. Estoy aprendiendo muchísimo, además de estar rodeada de gente maravillosa que ya considero mis amigos.

El «quería que terminaras» de Chenoa tras su imitación de Becky G., ¿le ha afectado o es televisión, que dirían algunos?

Por mucho que lo intente, en una semana no soy capaz de cantar y hacer una coreografía perfecta, así que debo dejar «mi persona» a un lado y ser consciente de que concurso desde «mi personaje».

En «Zapeando» desprende una imagen de mujer despistada, espontánea, atrevida…¿Qué más nos desvelaría su madre que no muestra por la tele?

(Risas) Todas esas cualidades las tengo. Soy una persona responsable y cariñosa. Me gusta estar rodeada de amigos, compartir tiempo con mi familia y hacerles felices. Aun así, por mucho que lo intente, no dejo de ser un caos.

¿Tenemos la mejor generación de cómicas o es la sociedad la que por fin escucha con otros oídos?

Cuando nos han dejado un hueco, lo hemos cogido con fuerza y sin miedo. Muchas creían que para subirse al escenario tenían que ser igual de graciosas que cómicos que llevaban equivocándose más de 20 años. Ahora tenemos la oportunidad de equivocarnos y por eso estamos ante la mejor generación de cómicas.

En sus monólogos de «La resistencia» relata su gamberra juventud o que escribe sus chistes tras unas copas. ¿Es sincera o cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia?

Habla el personaje y por supuesto que es sincero llevándolo al extremo. Hablo de situaciones surrealistas que he tenido y las comparo con el contexto actual.

Ha vivido en Getxo, Londres, Nueva York, Helsinki, Dijon y ahora en Madrid. ¿Qué diferencia el sentido del humor nacional?

Para mí el humor es universal. Es una actitud. Una manera de narrar.

Un logro profesional y una aspiración personal….

Moriré queriendo dar un paso más. Necesito salir de la zona de confort para sentirme viva.

Habla mucho de su hija Federica, de cuatro años, y de la maternidad en solitario cuando una es artista. ¿Con las medidas de conciliación habría que ponerse más serios?

La conciliación es un invento de la sociedad. Una madre soltera sin solvencia económica no puede conciliar, a no ser que tenga la suerte de que sus padres sean jóvenes y se hagan cargo de los niños. Y aun así, la culpa te come por no poder cuidarles. Hay que trabajar en la culpa y tomar medidas para que procrear no te lleve por el camino de la amargura. Muchas personas ni se plantean tener hijos porque no pueden pagar el alquiler. Es muy triste. Hay que trabajar en ello.

Con la política, según está, ¿prefiere no hacer bromas?

Por supuesto que se pueden hacer bromas. Lo que pasa es que te etiquetan. No me importa, si sé de lo que hablo y me hace gracia, les daré caña a todos los partidos.

En «Sexo, famosos y muñecos de trapo», en Atresplayer, los invitados se sinceran sobre sus relaciones íntimas. ¿Cómo consigue que desvelen detalles que jamás contarían a un periodista?

Buena pregunta. Entiendo que hay un alto nivel de escucha en un ambiente íntimo. También ayuda que no tenga tapujos a la hora de ponerme como ejemplo. Hay veces que me asombraba la sinceridad de los entrevistados.