Ruptura

Kristin Cabot, la amante del escándalo de la "kiss cam" de Coldplay, pide el divorcio de su marido

El escándalo de la kiss cam en un concierto de Coldplay precipitó la ruptura

La 'kiss cam' de Coldplay destapa por accidente una infidelidad entre compañeros de trabajo, Kristin Cabot, directora de Recursos Humanos y a Andy Byron, CEO, de la empresa de datos Astronomer
La 'kiss cam' de Coldplay destapa por accidente una infidelidad entre compañeros de trabajo, Kristin Cabot, directora de Recursos Humanos y a Andy Byron, CEO, de la empresa de datos AstronomerLR

El episodio que dio la vuelta al mundo durante un concierto de Coldplay en julio sigue teniendo consecuencias en la vida personal de sus protagonistas. Kristin Cabot, jefa de Recursos Humanos que apareció en la pantalla del estadio Gillette en actitud comprometida con el entonces consejero delegado de Astronomer, Andy Byron, ha presentado una demanda de divorcio contra su marido, Andrew Cabot.

La repercusión mediática del incidente fue inmediata: tanto Byron como Cabot dejaron sus cargos en la empresa tecnológica Astronomer, valorada en más de 1.000 millones de dólares, tras ser apartados temporalmente de sus funciones. La escena, captada en la popular kiss cam, se viralizó en cuestión de horas y generó un intenso debate en redes sociales sobre la vida privada de los directivos y los límites de la exposición pública.

Una de las familias más influyentes de Nueva Inglaterra

Según publicó el diario británico The Sun, la solicitud se registró el pasado 13 de agosto en Portsmouth, en el estado de Nuevo Hampshire. El matrimonio Cabot, perteneciente a una de las familias históricas de Nueva Inglaterra conocidas como los Boston Brahmins, compartía una residencia valorada en más de dos millones de dólares. Con la demanda, se abre ahora un proceso judicial para definir la división de bienes y el futuro de la pareja.

Andrew Cabot, su esposo y miembro de una destacada familia de Boston, afronta ya su tercer proceso de separación, con consecuencias relevantes tanto en el plano personal como en el patrimonial. El matrimonio, que había adquirido recientemente una vivienda valorada en 2,2 millones de dólares, se enfrenta ahora a la disolución de su relación.

Por el momento, no hay constancia de que Andy Byron, el otro protagonista de la polémica, haya iniciado un proceso similar con su pareja, aunque el entorno de ambos ha mantenido un silencio absoluto.