Opinión

La crónica de Amilibia: Adiós Apolo, hola maniquí de Artemisa

Artemis I mission
Artemis I missionNASA HANDOUTAgencia EFE

Adiós a los Apolos. Algunos lo verán como metáfora del final de Pedro Sánchez o la confirmación espacial de la Era de la Mujer, pero el caso es que la misión de la nueva aventura lunar de la NASA se llama Artemisa. No lleva tripulación humana, solo un maniquí. Artemisa es en la mitología griega la hermana gemela de Apolo y diosa de la caza, los nacimientos, la virginidad y las doncellas, o sea, algo así como Irene Montero, Pam y Victoria Rosell juntas. No se ha especificado si el maniquí piloto es varón, hembra, queer, gay, trans o bisexual. Da igual. Quizá sea, como le gustaría a Alberto Garzón, un muñeco asexuado o cuántico: a la vez rosa y azul. A Irene quizá le hubiera gustado más que pusieran al mando de la nave a la Barbie Astronauta, pero su influencia parece que no llega hasta la NASA.

Lo del maniquí es un acierto. Si por un casual la nave fuera interceptada por alienígenas por no frenar en un paso de cebra espacial, el piloto no podría responder a ninguna pregunta: es mudo. Mucho mejor, porque explicar lo que sucede por aquí es muy difícil, sobre todo lo de España.

¿Cómo explicas lo de Irene Montero, que un español no pueda estudiar en español en su tierra, que Él gobierne España con los que desean separarse de España, etcétera?

Es preferible que los extraterrestres imaginen que la Tierra es un planeta-escaparate en el que sus habitantes son muñecos manipulados por dioses como Kim Jong-un, que juega a ver quién mea más lejos, pero con misiles, o Vladimir Putin, el líder ruso que juega a cara o cruz si arroja una bomba atómica ahora o mañana.

Sí, el muñeco como metáfora de lo que somos.