Opinión
La crónica de Amilibia: González Pons y el caballo de Calígula
Esteban González Pons, ese verso suelto del Partido Popular, juega a futurólogo y nos adelanta el más firme propósito del presi para 2023. Dice: «A Sánchez le daría el papel de Calígula en una novela: está a punto de nombrar cónsul a su caballo». Y ahí lo deja. Dudas: ¿quién será el caballo de Sánchez? ¿Prepara ya su primera estatua ecuestre? ¿Será caballo o yegua? ¿Aparecerá en plan Pegaso, el caballo alado, el primero en habitar con los dioses en el Olimpo? No creo, le recordaría demasiado a «Pegasus» y Marruecos. Tampoco creo que sea el de Santiago, que parece más bien cosa de Núñez Feijóo. ¿Será el de Espartero, el Imperioso de Gil y Gil, el de Atila? ¿Acaso el Rocinante de don Quijote, el Babieca del Cid o el Bucéfalo de Alejandro Magno? Por sus antecedentes, yo me inclino a pensar que será un Caballo de Troya.
Cuenta el político/escritor que su última novela, «El escaño de Satanás», en la que introduce en el Congreso un vampiro auténtico, demuestra que lo que en España llamamos «Manual de resistencia» es en realidad un proceso de zombificación. Parece que de ese proceso no se libran ni los políticos, pues también afirma que «en política todos somos resucitados: hacer carrera política consiste en morir y resucitar muchas veces». Se debe referir a las puertas giratorias. En este «The walking dead» a la española, quizá le hubiera gustado más titular su novela «El escoñe de Satanás», en la que Él se cae del caballo como san Pablo camino de Damasco y en lugar de ver la luz de la fe, se convierte en un Calígula vampírico.
Esteban González Pons tiene fe en los ajos y el crucifijo. ¿Y en las meigas de Alberto Núñez Feijóo?
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