El diario de Amilibia: Ay, el "conejo" del Poder Judicial

Ione Belarra dijo un día que «la política es amor». Fue hace tiempo, cuando aún creía que el ala izquierda del Parlamento era una comuna hippie ibicenca de los 60 o un desfile de monjes calvos con túnicas naranja cantando el «hare krishna». Luego entendería, digo yo, que las flechas de Yolanda Díaz no eran precisamente las de Cupido. Ahora, la navarra brava de los pezones enhiestos se lanza contra el pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y dice que «es el inicio de una gran coalición», o sea, algo así como el final de «Casablanca» cuando Rick (Humphrey Bogart) le dice al capitán Renault: «Louis, presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad». Es lo que creen Belarra y los independentistas, claro.

Pero el personal vive en la desconfianza por el descrédito de los políticos. Leo: «El PP se felicita de que el PSOE diga ahora que sí a lo que antes decía que no». También vale «El PSOE se felicita de que el Partido Popular diga ahora que sí a lo que antes decía que no». Todos han ganado, pero ya nadie cree en los finales felices. Cuando la política se enfanga tanto y la manipulación lo sobrevuela todo, cuesta creer que el pacto sea fruto de un compartido anhelo por el bien de España. Ven gato encerrado: ¿quién le ha hecho la puñeta a quién en este lío de puñetas? En 2015, el BOE convirtió el CGPJ en el «Conejo General del Poder Judicial». La errata era una intuición profética: el pacto, dicen, es el conejo que se ha sacado de la chistera el Mago de la Moncloa para quedar como el Gran Toro Sentado que ha ofrecido al líder de los chaquetas azules la pipa de la paz.

Pero no se sabe con qué ha cargado la pipa.