
Reflexiones
Michelle Obama: "Como mujer de color, los estándares son diferentes"
La exprimera dama de Estados Unidos, de gira promocional con su libro "The Look", habla del poder blando de la moda y de los prejuicios de raza y edad

Desde que dejó la Casa Blanca, hace ya casi una década, Michelle Obama, de 61 años, ha cultivado una imagen poco habitual en una exprimera dama al uso. En la gira promocional de su nuevo libro, "The Look", escrito mano a mano con su estilista Meredith Koop,se presenta como una celebridad de corte hollywoodiense y reclama el poder blando de la moda y la cabellera propia de su raza. Describe en sus páginas cómo descubrió el peso sutil de la vestimenta: "Lo que me ponía era importante. La gente esperaba con ansias mis looks, y una vez que captaba su atención, escuchaban lo que tenía que decir".

En una entrevista con "The Sunday Times", asegura que escribir ha sido como abrir su corazón después de la década más estresante de su vida. Recuerda sus días en la Casa Blanca: "Fui una primera dama muy activa". Se negó a ser una presencia estática junto a su marido Barack. "Mi día podía incluir estar en la tierra, labrando el suelo con alumnos de quinto grado. Luego tenía que cambiarme rápidamente para tal vez dar un discurso frente a madres de militares, y después correr y jugar con cachorros porque estábamos haciendo algo especial de ¡Let's Move! para la Super Bowl... Después me iba a una escuela a dar un discurso".
Una primera dama sin medias
Ahora se permite lucir trenzas largas, trajes con bordes sin rematar, botas de tacón de aguja y joyería de plata gruesa, pero como dama presidencial reconoce que tuvo muchas restricciones. Fue la primera primea mujer en la Casa Blanca que prescindió de medias. Lo hizo por una razón práctica: con 1,80 de estatura, no encontraba de su talla. Recibió críticas por ello y también por usar pantalón corto cuando visitó la Casa de los Esclavos en la isla de Gorée, Senegal, en 2013. O por enseñar los brazos. Demasiado exuberantes. "Es una locura", lamenta en su entrevista. "Y eso es lo que la gente tiene que entender: cuando eres de color… todas estas señales sutiles importan aún más... Soy la prueba viviente de que los estándares son muy diferentes".

Confiesa que su armario no es grande. Nadie podría decir que es una acumuladora. Sus estilismos presidenciales, donados por los diseñadores, están todos en archivos y formarán parte de un gran museo.
En su libro habla también de la paradoja de superar los 60 sintiendo la libertad que ahora disfruta: "La sociedad tiende a menospreciar a las mujeres cuando alcanzan este hito. No voy a desaparecer. Me siento tan libre ahora en esta etapa de mi vida como cuando era niña".
Sus memorias, publicadas en 2018 con el título "Becoming", vendieron 17 millones de copias. El interés que ha despertado "The Look" hace pensar que no se quedará atrás. Ha fundado, además, una productora con su esposo, Higher Ground Productions, vinculada a un acuerdo con Netflix por valor de decenas de millones, y continúa con su podcast, IMO, creado junto a su hermano, Craig Robinson.
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