Entrevista
Sara Correa: la nueva voz de la joyería española
La diseñadora presenta estos días en Madrid Joya sus propuestas, una apuesta por las piezas de autor con sello de mujer
Si María Félix o Elizabeth Taylor todavía siguieran en este mundo, seguramente se pararían, como hace mucha gente a diario, delante de las piezas de Sara Correa. La fundadora de la firma de joyería Risse puede presumir de haber logrado desarrollar una voz propia en tan solo un año y eso que ella venía del diseño de moda. Ganadora en 2023 del premio Sintemática de la Asociación Española de Diseñadores de Joyas de Autor (AJA), hasta el 15 de septiembre presenta en Madrid Joya sus propuestas que recuerdan a las creaciones de Salvador Dalí, pero con el espíritu elegante y pulido de Elsa Peretti.
El stand de AJA acoge estas joyas que destacan sobre todo por su inspiración en elementos naturales, jugando con las perlas, los diamantes, los topacios, la plata o el oro abordándolos desde la concepción moderna y visionaria de una joven diseñadora de 24 años. En manos de Correa, los materiales nobles cobran una nueva identidad, las formas clásicas se transforman y los colores se alteran libremente buscando una carga expresiva que hacen de los diseños de esta madrileña verdaderas esculturas en miniatura. El toque final lo aporta su elaboración artesanal, apostando por tanto por la manufactura y el hecho en España, una seña de identidad que ayuda a posicionar a nuestro país en un lugar destacado dentro del mundo del diseño.
Correa, además, presenta sus joyas mientras se desarrolla muy cerca de su pabellón en Ifema la Mercedes Benz Fashion Week Madrid, viendo desde su nuevo proyecto, el mundo al que renunció para aportar algo personal al concepto general de estilo.
Comenzó en el diseño de moda, pero ha acabado diseñando joya. ¿Qué le llamó la atención de este sector para dar el salto?
Realmente es un campo muy ligado a la moda. Todos los accesorios lo son, pero, en este caso, tratamos algo más delicado, donde puedes jugar de una manera más libre con el diseño. Yo, de hecho, concibo la joyería como una pequeña escultura que puedes tener, cosa que con la ropa es algo más difícil de lograr. Además, me atrajo la forma de trabajar los materiales, jugar con los metales, las piedras… son elementos delicados y bonitos.
De hecho, parece que usted «vio la luz» precisamente en esta feria. ¿Cómo se vive el cambio de ser una visitante a exponer?
Es algo muy diferente, la verdad. Cuando vine por primera vez el año pasado, lo hacía buscando inspiración. Fue algo muy interesante. Pero ahora, como vendedora, es todo distinto. Mi intención aquí es presentar mi marca y atraer a compradores, y ves que pasa mucha gente, pero a lo mejor no toda está preparada para la joyería de autor. Y también sucede que mucho público se acerca, se interesa y te anima a seguir. Valoran que demos una visión distinta del resto de la feria… y conozco esa sensación porque es la que tuve el año pasado. Expongo en el mismo stand que me llamó la atención por sus propuestas más rompedoras.
¿Qué balance hace del año que lleva inmersa en el proyecto de Risse?
En un año he conseguido muchas cosas y la respuesta está siendo muy positiva. Pero es complicado conseguir visibilidad en un mercado como este, con tantas marcas de joyería. Estoy satisfecha porque he crecido bastante más de lo que me podía imaginar cuando decidí embarcarme en este proyecto.
¿Tenemos más conocimiento de moda que de joyería?
La moda está más extendida y la gente la comprende mejor, con la joyería no. En nuestro país tendemos a verla como algo clásico. Mucha gente no conoce del todo el quilataje de las piezas. No van mucho más allá de los 18 quilates, y no saben la existencia de los 14 o 9 quilates. Hoy en día, con el precio del oro por las nubes, esas dos opciones son muy interesantes para trabajar con este material. Las propiedades no van a ser exactamente las mismas y el amarillo, por ejemplo, va a ser diferente, pero a mí, personalmente, son propuestas que me gustan mucho. Otra equivocación común suele ser el oro blanco: no existe, es solo una aleación con metales blancos y siempre con una capa de rodio blanco.
¿Cuánta información puede transmitir una joya sobre la persona que la lleva?
La joya cuenta muchas cosas. Es un accesorio superimportante. No es lo mismo una persona que lleva un montón de colores que otra que opte por diamantes.
¿Y cómo son las mujeres que se atreven con sus diseños?
Considero que son mujeres que aprecian lo que llevan y buscan algo que tenga que ver más con una obra de arte. Muchas de mis clientas saber adaptar las joyas a su manera de vestir.
¿Usted cómo lo hace?
Yo considero que visto muy básica. De hecho, es una manera de darle un giro a mi look. Cuando estudiaba, tenía muchos compañeros que tenían un estilo muy marcado, pero yo voy de negro y me parece que una joya es una manera de aportar mucha personalidad con un solo detalle. Creo que ahí está la clave. Además, debes abrir tu mente, estar segura de ti misma y saber que lo vas a llevar bien.
¿Los hombres saben hacer eso?
Por mi experiencia, normalmente el cliente masculino busca comprar para la mujer. Al menos en nuestro país, no se suele ir más allá de una alianza o una cadena de oro. Compran según el gusto de su mujer.
Sus joyas destacan por presentar unos diseños originales con diversas inspiraciones, ¿cómo trabaja para llegar a estas creaciones?
Una de mis fuentes de inspiración más claras es la arquitectura, pero no la única. Creo que también se puede ver en mi trabajo rasgos surrealistas. Por ejemplo, para la línea Stone, de mi actual colección, me basé en las paredes típicas de los pueblos españoles. Otras veces me limito a empezar a diseñar algo, aunque no me esté gustando. Luego lo voy desarrollando y lo voy haciendo más mío.
En algunas piezas, como las de la línea Universe, llama la atención los colores con los que trabaja.
Esa propuesta está realizada con plata rodiada en negro. Al final, lo que busco con mi trabajo es ayudar a las personas a expresar su propia personalidad y hacer cosas que no pasen desapercibidas. El nombre de mi firma es la traducción al inglés de «elevar», solo que la añadí una «s», y esto es porque lo que busco es elevar los looks de todo aquel que luzca mis piezas.
También ofrece la posibilidad de diseñar para alguien en concreto. ¿Cómo se trabaja mano a mano con un cliente?
Es un trabajo conjunto. Les voy haciendo preguntas para saber qué es lo que buscan realmente y realizo un boceto que vamos trabajando las dos partes. En un diseño a medida lo que pretendes es ayudar a esa persona a encontrar lo que realmente quiere.
¿Cuál considera que es la situación de la mujer en la joyería?
Como sucede en otros sectores, las escuelas están llenas de mujeres, pero luego los directores creativos son hombres. Esto también pasa en la moda. Es algo que está descompensado.
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