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María Teresa Campos pone orden entre sus hijas y pide a los Reyes Magos un programa de televisión

María Teresa Campos
María Teresa CamposGtres

Aunque sus hijas insistían en que María Teresa Campos no estaba al tanto de los desafueros entre ellas, la matriarca, lista por naturaleza, sabía perfectamente todos los pormenores del enfrentamiento entre Terelu y Carmen, y el de su nieta Alejandra con su tía. Su asistente y chofer, Gustavo, y una de sus íntimas amigas, le contaban el día a día de ese culebrón tan desagradable y que tanto hacía sufrir a la veterana presentadora.

Harta de tanto comentario negativo, dolida por la actitud de las suyas, muy preocupada por la situación entre su nieta y su hija pequeña, convocó un cónclave para rogar que se acaben los malos rollos que tanto daño le causan, y las hermanísimas entraron en razones y ya se especula con que mañana, Día de Reyes, comerán el tradicional roscón todas juntas en la casa de Terelu.

La intervención de María Teresa ha sido fundamental para poner orden y recuperar la armonía. Mientras tanto, cuando le preguntan a su ex novio Bigote Arrocet por ella, el humorista se limita a contestar que la que él llamaba “mi morita” se cuide y le vaya todo muy bien. El 13 de enero dejará España, y a su amiga especial, Bárbara Rey, para viajar a Chile. Ni tiene billete de vuelta, pero sus amigos desvelan que regresará a nuestro país a principios de verano.

Parece ser que María Teresa le ha pedido a los Reyes Magos como regalo que le salga una oferta televisiva que le permita retirarse de la pequeña pantalla con dignidad, y no por la puerta de atrás. Por eso, en sus últimas declaraciones públicas pedía justicia para todos los profesionales que habían entregado sus esfuerzos y sus vidas al mundo de la televisión. El que sepa entender entre líneas lo tiene muy claro. Teresa quiere regresar por todo lo alto para irse después en loor de multitudes. Su gran espina clavada en el corazón es mantenerse en el anonimato televisivo en los últimos tiempos. Se siente olvidada por las cadenas y está convencida de que, a su edad, todavía puede dar satisfacciones a la audiencia. Ni se siente acabada ni nada que se le parezca.