Desde que perdió su juicio contra Belén Esteban, Toño Sanchís ha intentado mantenerse al margen de la opinión pública y llevar una vida tranquila alejada del foco. Tan solo se prodiga de vez en cuando por sus redes sociales, donde comenta la actualidad informativa, los datos de las audiencias o promociona proyectos de su productora. Pero en un inesperado salto a la palestra, el exrepresentante de estrellas ha visitado el pódcast de Sr. Wolf para pronunciarse sobre su mediática guerra con la de Paracuellos, algo que no había hecho hasta ahora.

Sanchís asegura que fue la propia Belén Esteban la que le ofreció que se quedara con el 30 % de sus ingresos, una cifra muy superior a la que manejan otros mánagers. “Ella me dijo: 'Tú para mí eres más que un representante'”. Así lo hizo, pero según su versión, años más tarde la tertuliana le acusó públicamente de robarle esa parte extra de dinero que supuestamente le prometió. “El error fue no haberlo plasmado en un contrato”, lamenta él.

Un terrible error que le costó su hogar, el enorme chalé en el que vivía con su mujer y sus hijos, “víctimas colaterales” de todo lo que ocurrió entonces. “Me expropiaron mi casa, me la quitaron… Mi familia y mis hijos tuvieron que haber estado al margen”, expone Sanchís.

En un alarde de lo bien que le han ido las cosas desde entonces, el productor recuerda que María Patiño auguró que “estaba acabado profesionalmente”, un vaticinio erróneo que nada tiene que ver con la realidad.

“No he parado de producir, y ahora vivo el sueño de cualquier productor. Estoy con una superplataforma y un original que se va a presentar en breve y se va a hacer una presentación a nivel mundial”, se jacta Sanchís.

De hecho, lanza una reflexión a modo de “zasca” a Belén Esteban, María Patiño y otros rostros vinculados a “Sálvame” que vieron que su trabajo en las grandes cadenas de televisión terminaba con el fin del magacín de corazón más famoso de la historia: “Lo que es la vida, ¿no? ¿Dónde están unos y dónde estamos otros?”.

Unas declaraciones que, teniendo en cuenta la impulsividad de la Esteban, no tardarán en tener respuesta, reavivando así una vieja guerra mediática que la tertuliana daba por ganada.