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Cacería de cristianos en el norte musulmán de Nigeria

Al menos 350 muertos y 35.000 refugiados huyen a Níger

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abuja- Las matanzas indiscriminadas contra la minoría cristiana que aún resiste en el norte musulmán de Nigeria se han cobrado la vida de al menos 350 personas, muchas de ellas mujeres y niños que han sido ejecutados, quemados vivos en iglesias o asesinados a machetazos.
La unidad del duodécimo país productor de petróleo del mundo, cuyos pozos se encuentran en el sur cristiano, amenaza con resquebrajarse si prosiguen los disturbios y la persecución religiosa que ha estallado tras la aplastante victoria del candidato cristiano, Goodluck Jonathan.
La reciente partición de Sudán en dos estados con similares diferencias religiosas podría reeditarse en Nigeria si no cesa la tensión política entre las dos principales facciones políticas del país, el gobernante y cristiano Partido Democrático Popular (PDP) y el Congreso por el Cambio Progresista (CPC), que lidera el musulmán Muhammadu Buhari. La extremada violencia que emplean los pelotones de jóvenes musulmanes ha llevado a más de 35.000 nigerianos a escapar hacia Níger.
El general retirado Bushari echó ayer más leña al fuego al recurrir los resultados de los comicios presidenciales del pasado sábado –los más limpios de los últimos años, según los observadores internacionales– pese a la abultada diferencia de votos entre ambos candidatos (más de 10 millones de papeletas a favor de Goodluck Johathan).
Buhari desligó a su partido de los asesinatos ocurridos en los últimos días en al menos 12 provincias del norte musulmán y enmarcó los ataques a iglesias y las ejecuciones en «una cuestión nítidamente política que no se debe convertir, de ninguna manera, en asunto étnico, confesional o regional».
Los disturbios se iniciaron el pasado domingo en los estados de Bauchi y Gombe, y se extendieron rápidamente a otros en el norte, como Kaduna, Kano, Sokoto, Katsina, Adamwa y Nasarawa, donde duraron tres días. La Dirección Nacional de Gestión de Emergencias, la Policía y otros órganos del estado se han negado a publicar las cifras de los muertos o mutilados en los disturbios en el norte, ya que temen que podrían conducir a represalias en el sur.
El mayor número de víctimas se registró en el estado de Kaduna, donde se teme que hayan muerto unas 50 personas, y en el estado de Kano, donde los muertos se han cifrado en 30. Grupos armados con pistolas, machetes y palos atacaron a quienes sospechaban eran simpatizantes del gobernante PDP. La situación ha ogligado a decratar el toque de queda en la mayor parte de los estados de Nigeria, donde ayer se anunció la detención de más de 400 sospechosos. El presidente Jonathan apeló a los implicados a poner fin a «este comportamiento innecesario y evitable».
Mientras, las morgues del norte se encuentran desbordadas.